RADIO INTERNACIONAL FEMINISTA-FIRE
ABRIL 2006

 


El aborto y las múltiples éticas

 

Por Mariana Contreras 
Entrevista publicado en el Semanario Brecha
24 de marzo de 2006
Montevideo, Uruguay


Entrevista con Carmen Barroso, directora regional de la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF), a propósito de la publicación del informe informe "Muerte y negación. Aborto inseguro y pobreza",  editado por la organización internacional.

Carmen Barroso
Foto de Radio Feminista/FIRE

 


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¿Cuáles son las principales conclusiones del informe Muerte y negación. Aborto inseguro y pobreza, de la International Planned Parenthood Federation?

-El informe es un balance general de la situación actual del aborto que comprueba que sigue siendo un problema grave de salud pública.

Algo que ya sabíamos desde 1994 cuando 180 países firmaron el Acuerdo del Cairo, pero los datos recabados muestran que el aborto también es un problema de justicia social: las mujeres más pobres son las que recurren al aborto inseguro (bajo condiciones inadecuadas), y las que practican maniobras abortivas, lo que muchas veces produce su fallecimiento o serias
consecuencias en su salud. Por eso el título del informe, "Muerte y negación". Las mujeres ricas, aun cuando el aborto no es permitido por la ley, tienen siempre la oportunidad de encontrar una salida segura aunque sea a un alto costo.

El cambio político en Estados Unidos, con George Bush, ha traído un conservadurismo general que se difundió por todo el mundo. La plata que el gobierno estadounidense dispone es usada para forzar esta ideología. Existe una ley "mordaza" que prohíbe a las entidades dedicadas a la planificación familiar financiadas por el gobierno estadounidense defender la despenalización del aborto, o informar a las mujeres sobre su derecho al aborto seguro, aun en caso de violación. El castigo por incumplimiento es la suspensión de la subvención. Es una ley que prohíbe la libertad de expresión, la comunicación directa de médicos y pacientes y que ha tenido una influencia muy grande en muchos países. Pero por suerte los gobiernos europeos hace poco dijeron basta y decidieron apoyar con recursos a aquellos que quieren trabajar para hacer el aborto seguro más accesible y legal. Este es el momento oportuno para cambiar la situación.


-¿Por qué esa decisión de los gobiernos europeos, que los enfrenta no sólo a Estados Unidos sino también al Vaticano?

-El aborto es legal y seguro en todos los países europeos, salvo en Irlanda y Malta, en donde aún hay restricciones. Lo que no había antes era clara visibilidad de la gravedad de este problema en el exterior. Algunos países están cambiando sus leyes, hay progreso, pero es muy lento.


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Pero la situación en América Latina no es similar, en este continente la Iglesia tiene mucha influencia.

-Cada vez más la opinión pública se libera de los dictámenes de la Iglesia. En los países en los que se han hecho investigaciones de opinión pública lo que se encuentra es que aunque sean católicas dicen "decido con mi conciencia. La Iglesia no va a cuidar los hijos que yo tenga, los padres no van a sustentar a mi familia, entonces decido yo". El control que tenía la Iglesia de la conciencia individual es cada vez menor.

Pero a nivel de los gobiernos la Iglesia todavía tiene una fuerza grande, porque a los políticos les da miedo enfrentarla y cada vez que se sienten vulnerables en otros sectores quieren fortalecerse apoyándose en ella. Esto es lamentable pero es cierto. Los intereses de las mujeres son los últimos en ser considerados en las negociaciones políticas.


-En Uruguay, como en otros países latinoamericanos, se legisla en torno a la salud y los derechos sexuales y reproductivos dejando afuera el tema de la despenalización del aborto, ¿qué piensa de propuestas así?

No conozco lo suficiente la política local para saber si es posible avanzar más o no. Con este informe queremos contribuir al debate trayendo los hechos, la realidad que las mujeres sufren como víctimas de la clandestinidad del aborto. Nos preocupa mucho que en el siglo XXI haya un retroceso en la concepción que respeta los hechos de la ciencia antes que los valores que difunde la ideología. Esto pasa claramente en el gobierno estadounidense. No podemos dejar que suceda algo similar en otros países, porque los datos de la epidemiología y de la ciencia social muestran que se trata de una amenaza muy fuerte a la salud y la vida de las mujeres.


-Es posible tener éxito legislando en torno a educación sexual, promoción de la maternidad responsable, pero obviando la parte que compete al aborto.

-No alcanza. En la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF) tenemos tres lemas: defendemos el derecho, alimentamos el acceso y apoyamos la disminución de la necesidad. Estamos a favor de que se disminuya la necesidad de hacer abortos. Nadie quiere promover el aborto.

Sería muy bueno si todas las personas que no quieren embarazarse no lo hicieran. Trabajamos con planificación familiar, incluso la anticoncepción de emergencia, que es muy importante. Si alguien ha tenido una relación sexual sin protección y no quiere embarazarse tiene cinco días luego de la relación para tomar el anticonceptivo y evitarlo. Estamos de acuerdo con la
educación sexual, con la divulgación de los métodos anticonceptivos, pero no podemos decir que eso sea suficiente porque en los países donde esto se realiza siempre hay un número de mujeres que termina por diferentes motivos embarazándose. El aborto por ello siempre será necesario, claro que cada vez menos cuanto más información y acceso a técnicas anticonceptivas tenga la gente.


-La discusión sobre el aborto está siempre atravesada por una fuerte carga ética y moral. ¿Valen estos aspectos como argumentos?

-Aquí hay múltiples éticas. Y una cuestión ética importante es la preservación de la salud y la libertad de las mujeres. Estamos en la era donde nos podemos beneficiar de la separación entre el Estado y la Iglesia, donde una ética de una iglesia en particular es respetada pero no es impuesta al resto de la gente. Todos tenemos visiones de lo que es bueno o malo. Hay una organización llamada Católicas por el Derecho a Decidir que muestra que el aborto fue criminalizado muy tarde en la Iglesia Católica.

Santo Tomás de Aquino, un teólogo famoso de la Edad Media, aceptaba el aborto hasta los 80 días de embarazo porque consideraba que el alma no estaba en el cuerpo. Lo que queremos es que la gente decida con su conciencia y no con dictámenes que heredaron de su tradición.


-¿Cuál fue el resultado de la despenalización en Europa?

-Casi no existe mortalidad materna y además no aumentó el número de abortos. Muchas veces la gente se opone a su legalización porque piensa que la cifra de abortos va a crecer, pero la experiencia de todos los países que despenalizaron indica lo contrario. Nadie se quiere hacer un aborto si puede evitar embarazarse. Es un recurso para quien no lo puede hacer.