RADIO INTERNACIONAL FEMINISTA-FIRE

ABRIL 2006

 

 

Feminismo: Resignificar el lenguaje, Celia Amorós
Diferente sensibilidad social para feminicidio y/o terrorismo


SERVICIO INFORMATIVO CIMAC
Comunicación e Información de la Mujer, AC
Soledad Jarquín Edgar, corresponsal, Oaxaca

La filósofa Celia Amorós sostuvo que ante el "terrorismo patriarcal" es necesario recordar el poder emancipatorio, la memoria y luchar por un nuevo contrato social, donde el feminismo es revindicalista y dejar de lado esa historia de las mujeres vista como la historia del "muro de arena".

Planteó, además, la necesidad de resignificar el lenguaje y hablar de terrorismo patriarcal, terrorismo sexista o, por lo menos, de terrorismo de género y dejar fuera "la chapuza conceptual" de la violencia doméstica.

La catedrática e investigadora española dijo lo anterior durante el ciclo de conferencias Feminismo Actual y recordó el papel del feminismo como teoría social crítica que al racionalizar conceptos los ha hecho visibles y los politiza, pero consideró vital "poner más empeño", ahora, en desarrollar la resignificación del lenguaje del terror patriarcal.

Durante su conferencia de tres horas, la filósofa planteó que los homicidios contra mujeres en España ha dejado muchas más víctimas que las que arroja la banda terrorista de ETA y, pese a ello, dijo, no ha habido la misma sensibilidad social para un fenómeno y para otro.

También citó el "execrable" caso de los homicidios contra mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, en la que de acuerdo con su hipótesis "existen afinidades selectivas significativas entre el imaginario de la globalización y el imaginario libertino reconstruido como una modalidad del imaginario patriarcal.

Amorós sostuvo que aunque la punta del iceberg sea el horror del asesinato, el ejercicio del poder de vida o muerte tiene sus bases estructurales en el propio patriarcado y en su ideología, reiteró la filósofa.

"Una condición para que deje de haber asesinatos en serie es que dejemos de ser una serie, carentes de visión sintética y empecemos a potenciarnos, tenemos que construir la individualidad femenina", indicó la académica al referirse a "la serialización" de las mujeres asesinadas como una práctica y actitud misógina, tanto de los criminales como de las autoridades.

Fue entonces cuando sostuvo que así como existe un monumento al soldado desconocido, será necesario tener un monumento por la ofensa contra las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, para que la historia de las mujeres deje de ser la historia del muro de arena que se destruye a cada paso.

El feminismo como movimiento social, como teoría crítica, cuestiona la teoría que invisibiliza determinados fenómenos sociales y los racionaliza, lo que dio como origen a conceptos como violación marital, "que costó mucho implantar" y acoso sexual en el trabajo.

Cuando estos fenómenos, añadió, se visibilizan se producen los conceptos críticos "que nos hacen ver lo que vemos y así denunciar lo que pasa en el patriarcado, aunque para el patriarcado son puntos cubiertos".

De esta forma, sostuvo Amorós, el patriarcado además de cometer enormes injusticias éticas y políticas, comete verdaderos disparates epistemológicos, dislates en cuanto al modo de ver la realidad.

En ese sentido, la autora de diversos libros, entre ellos, Hacia una crítica de la razón patriarcal y Feminismo y Filosofía, citó el término de violencia doméstica como una "verdadera chapuza conceptual que arroja tinta de calamar sobre los fenómenos" y de esta forma los despolitiza, invisibiliza y trivializa, por ello, reiteró su llamado a plantear la violencia contra las mujeres como "violencia patriarcal".

A pesar del cansancio que se reflejaba en su rostro, en el auditorio del Paraninfo de la Facultad de Derecho de la UABJO, la filósofa fue enfática al demandar acuñar términos que resignifiquen el lenguaje del terrorismo, "porque a los oprimidos siempre nos ha dado juego el arma de la resignificación", dijo al recordar la Revolución Francesa, cuna del feminismo.

"No podemos inventar desde cero un lenguaje que no prendería quizá en las sensibilidades sociales, lo que sí podemos hacer, por un lado, chupar rueda y, por otro, insuflar aliento a sensibilidades sociales afines y a registros de sensibilidad que tienen afinidad con los nuestros, de este modo se producen lo que los teóricos de los movimientos sociales llaman el alineamiento de marcos".

Se trata, explicó, de no obrar en solitario. Advirtió que una condición será que haya de los demás reciprocidad hacia el movimiento feminista y no sea como lo sucedido con los ecologistas que nos mandaron a "remendar la capa de ozono", esas serían alianzas políticas ruinosas.

Se trata de frentes más amplios, por afinidad, construir marcos interpretativos más generales y que recluten de ese modo más consenso social, "alineamiento de marcos que permitirá potenciar sensibilidades sociales alternativas y un sentido común alternativo".

Amorós citó el tango del Preso número nueve, como un ejemplo del sentido común alternativo: "Padre no me arrepiento ni me da miedo la eternidad yo se que allá en el cielo el juez supremo me ha de juzgar", los varones tienen muy clara la existencia de las complicidades patriarcales, dijo irónica.

Por eso, propuso dejar de hablar del crimen pasional, otra "chapuza conceptual" para denominar actos de esta índole como crímenes sexistas, esto es construir un sentido común alternativo y que la idea de crimen pasional deje de ser "por recibo".

"El caso más escandaloso y horripilante del poder patriarcal se manifiesta como poder de vida y muerte, es en definitiva el límite aquello en lo que consiste el poder. Eso quiere decir que hay muchos niveles estructurales, un crimen así no se improvisa, esa punta del iceberg tiene un iceberg por debajo", aseguró Amorós quien apunta que en el tango del Preso número nueve se justifica y hasta se naturaliza el crimen como un acto de emoción violenta.

Es curioso, afirmó más adelante, que por otra parte se haya fundado ideológicamente de forma tradicional, la superioridad del varón sobre la mujer en su mayor grado de autocontrol y racionalidad. "Lo decía en el Contrato Social: Si el varón ha de ser el cabeza de familia es porque la mujer es más emotiva y por tanto menos racional". ¿Entonces en qué quedamos? Cuestionó la filósofa feminista.