RADIO INTERNACIONAL FEMINISTA-FIRE Agosto 2008 |
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mujeres cruzando límites
2 de agosto 2008
"El Sida es un asunto de mujeres el cual se vincula al control de la sexualidad, al control de la reproducción", expresaba una de las participantes, quien agregó que el control del cuerpo de las mujeres es una forma de violencia que se expresa en lo económico, lo político y social. Se nutre de la desigualdad de género y de poder entre hombres y mujeres. Para las participantes es necesario abordar la resistencia de las mujeres como un acto trasgresor, donde son ellas las que están llamadas a cruzar la línea divisoria, las barreras y límites que retardan el empoderamiento de las mujeres sobre sus cuerpos y el ejercicio autónomo de su sexualidad. Denuncian que hay una regulación social del cuerpo de las mujeres, que es impresindible poner el sexo en la mesa de discusión, reinvindicar el placer y hacer un abordaje congruente en la prevención y tratamiento del VIH-Sida.
El vínculo entre VIH-SIDA, POBREZA Y Violencia La profundización de la pobreza en las mujeres no puede evadirse al analizar la problemática del VIH-Sida. Al constituirse las mujeres como el sector más empobrecido a raíz de las políticas económicas neoliberales, las cuales han disminuido los recursos y la capacidad del estado de proveer el derecho humano a la salud, reduciendo los servicios de atención, prevención e información sobre la enfermedad, las mujeres se ven obligadas a asumir el cuidado de los enfermos, proveeer la sobrevivencia del grupo familiar y si queda tiempo y energías cuidar de su propia salud, lo cual cada vez se hace más difícil, como lo demuestra el creciente número de mujeres y jóvenes que han adquirido la enfermedad.
Actualmente hay más de 17 millones de mujeres con VIH-Sida. La feminización de la pandemia es un hecho y su vinculación con la pobreza y la violencia da como resultado una ecuación de terror para las mujeres que viven con la enfermedad. La violencia contra las mujeres es la causa central de la posición vulnerable que enfrentan las mujeres frente al VIH-Sida. Las mujeres quedan aisladas socialmente y desprovistas políticamente de sus derechos humanos. Las repercusiones de la enfermedad no se reducen al ámbito de la salud. Los estigmas sociales, la marginación comunitaria y la violencia de género en todas sus dimensiones, son hechos que ellas deberán confrontar, desde una posición de desventaja y desigualdad. La falta de medicinas hace que países donde la enfermedad se ha propagado a gran escala, el riesgo para las mujeres sea mayor. Las leyes sobre patentes y de propiedad intelectual que aplican las compañias farmaceúticas a estos países, agrava la situación y hacen imposible que se produzcan medicamentos genéricos que permitirían una reducción de costos de importación para los países de economías deterioradas y empobrecidas, con lo que el panorama es aún más grave. Según datos de ONUSIDA, desde su aparición a principios de los ochenta, la epidemia de VIH/Sida ha sido la causa de más de 25 millones de muertes, tres millones de ellas en el último año. Se estima que unos 40.3 millones de personas viven con VIH o con Sida . De ellas más de 17 millones son mujeres. En el año 2005 cerca de 5 millones contrajeron la infección, 700.000 de ellas son menores de 15 años. La presencia de grupos defensores de libre opción sexual y por los derechos de las poblaciones gay, lesbianas, transexuales y bisexuales ha tenido una importante participación en el evento, como se demostró en la marcha del sábado 2, al encabezar la movilización que se desplazó desde la Zona Rosa hasta el Zócalo de la ciudad. Su presencia hace un llamado a detener la homofobia, la discriminación y la violencia contra estos sectores, la cual se recrudece para aquellos portadores del VIH-Sida.
La Conferencia cuenta con la presencia de sectores tan diversos en posturas como desiguales en poder, quienes serán los que determinen las decisiones que se adopten. Entre ellos encontramos gobiernos, la Organización Mundial de la Salud-OMS, agencias de gobiernos (como AID), fundaciones privadas de cooperación internacional (Fundación Ford, Fundación Gates), la Unión Europea, la industria farmaceúticas (Merck, Pfizer), corporaciones petroleras (Exxon), así como sociedad civil con múltiples y diversas posturas.
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