Una Mirada Joven al Movimiento Feminista 
Cinco Años Después de Beijing


Presentada por Lidia Alpizar Durán
del Red Latinoamericana y Caribeña de Jóvenes 
por los Derechos Sexuales y Reproductivos

¿Qué quiere el movimiento en cuanto al tratamiento generacional? ¿Un relevo? ¿Un cambio de estafeta? En discusión con las más grandes, llegamos a la conclusión de que no se quiere ninguna de las dos cosas anteriores, sino más bien un acompañamiento generacional. 

O sea un proceso donde cada generación aporta al crecimiento y fortalecimiento del movimiento, una junto a la otra, en condiciones horizontales, reconociéndose mutuamente los saberes y las carencias. 

Es necesario que se reconozca que existe esta especie de “nudo generacional."  No para generar un conflicto entre las distintas generaciones sino más bien en una perspectiva de reconocer lo generacional, como un tema pendiente todavía en la agenda interna del movimiento, que es algo a lo que hay que dedicar tiempo y mayor reflexión, para entre todas manejarlo y generar formas nuevas de trabajo entre las distintas generaciones que conforman el movimiento, reconociendo diferencias de formas de trabajo, dinámicas e incluso lenguajes y códigos. 

Todo lo anterior se refiere a algo que ubicamos cuando regresamos de Beijing y Huairou, en la tienda de la diversidad, nuestra carpa latinoamericana y caribeña y que todavía no hemos podido manejar de un forma estratégica:  La cuestión de diversidad en movimiento:  Diversidad de voces, perspectivas, procedencia étnica, etaria, preferencia sexual, raza, clase, y edad entre otras.  Hoy creo que cinco años después de Beijing, este sigue siendo uno de retos pendientes. 
 
 
 

Fuente:  De una presentación de Lidia Alpizar Durán en la reunión de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), febrero, 2000, Perú América del Sur.