El lugar importa: el desafío de la India hacia Brasil en el World Social Forum

Por Janet Conway
Traducido al español por Natalia Schyfter

 

El cuarto Foro Social Mundial (FSM), el primero que ocurrió fuera de Brasil, terminó el 21 de enero en la ciudad de Mumbai en la India. Más de 80,000 personas representando a 132 países y a 2,660 organizaciones participaron en lo que se ha convertido en una reunión anual de movimientos sociales y organizaciones sociales civiles de alrededor del mundo que están en contra de la globalización neoliberal.

            Este FSM tuvo todas las marcas de sus predecesores: más de 1,000 eventos organizados, reuniendo desde docenas hasta miles de personas, protestas y demostraciones constantes, cientos de pancartas, miles de panfletos, música y baile a toda hora, cientos de exhibiciones. La energía pulsante, creatividad política y fuerte convicción que “otro mundo es posible” brincó sobre océanos y continentes para “llegar a su casa en la India”, como lo dijo el brasileño Francisco Whittaker, un arquitecto principal del FSM.

            La decisión de mover el FSM fuera de Brasil fue controversial. El FSM es fruto de una cultura política y un conocimiento acerca de los movimientos sociales distintivamente Brasileña. El hogar Brasileño del FSM es la cuidad sureña de Porto Alegre, el primer sitio mundial del proceso participativo liderado por el PT (partido de trabajadores). Porto Alegre fue escogido como el primer sitio para el FSM precisamente porque su experimento con la democracia participativa representa una alternativa existente a la gobernación neoliberal y porque la administración local del PT podía proveer la muy necesitada infraestructura y soporte financiero al FSM.

            La discusión acerca de mover el FSM fuera de Latinoamérica empezó hace dos años. Apoyantes decían que para internacionalizar al FSM era necesario mover el festejo mundial anual a otra región del Sur global. Estas personas reconocían que el Foro Social Mundial en Brasil, aunque fuera fruto de un trabajo intercontinental, era realmente un evento profundamente Brasileño, y secundariamente Latinoamericano. Muy pocos de los delegados venían fuera de la región y pocos, por el costo, venían desde África y Asia. Otros se preocupaban de interrumpir un proceso joven y frágil, de confiar el charter del FSM a otro grupo organizador y de los desafíos logísticos de montar el evento gigante en un ambiente menos congenial.

            Dentro de las horas de apertura del FSM el 16 de enero, cualquier duda que quedaba acerca de la sabia decisión de moverse a la India fue aplacada. La gran reunión de participantes de diversidad impresionante, con sus disfraces, tambores, banderas y pancartas, transformaron un basurero industrial y una fábrica de textiles abandonada, en un terreno festivo. El FSM 2004 ya era un éxito incalificable. Ya la continuidad con el espíritu de Porte Alegre era aparente. Y ya un gran desafío a los Brasileños se hacía aparente.

            Distinto al FSM en Brasil, una mayoría significativa de los participantes en Mumbai venían como parte de un movimiento masivo de personas pobres, notablemente movimientos de adivasi, o gente indígena, y dalits, o “intocables”. La presencia de estos movimientos en tal cantidad transformó la cultura política del FSM.

Implantó temas centrales a la sobre vivencia de las personas indígenas: sus derechos de subsistencia a tierras, ríos, bosques y aguas contra la destrucción traída por mega-proyectos de desarrollo, la extracción de recursos, la privatización y el control corporal de la naturaleza.

Estos movimientos son rurales y de la comunidad, orientados a la subsistencia y representan la unión entre la biodiversidad y la diversidad cultural. La lucha para sobrevivir trae preguntas ecológicas al centro de la agenda del FSM que antes habían sido relativamente marginales. Su presencia también presenta grande desafíos a la modernización, urbanización y discursos de desarrollo que continúan en las utopías del movimiento “anti-globalización”. La presencia de grupos dalits testificó a las muchas y viejas violaciones de derechos humanos basadas en el sistema de las castas. El enfoque del FSM en la globalización neoliberal tiende a privilegiar discursos acerca de la justicia económica y el comercio justo en luchas contra la discriminación a base de raza, y religión.

 

Pero uno no puede estar en la India e ignorar el poder de identidades y practicas religiosas, ni reducirles el status a fenómenos del capitalismo. En Mumbai, los movimientos de dalits hicieron un reclamo al FSM y al movimiento mundial anti-globalización que otro mundo no es posible sin una lucha global contra el casticismo en todas sus formas, adentro y afuera de la India.

Otra parte relacionada e importante de notar del evento en Mumbai era la participación y visibilidad de otros movimientos, históricamente marginalizados, tales como: las personas con discapacidad, las personas con SIDA, trabajadores del sexo y minorías sexuales.

            La presencia de estos movimientos masivos de personas pobres testifica el complejo proceso de organización hecho por los movimientos sociales de la India. En contraste con Brasil, donde ocho organizaciones principales organizan el FSM, en la India 250 estuvieron directamente involucradas en la negociación de su carácter a través del Consejo General de la India. Este grupo eventualmente eligió a  57 organizaciones para formar parte del Comité Organizador de la India. Los movimientos masivos se organizaron para participar en gran números en el FSM y aseguraron que el mismo fuera económicamente accesible y políticamente y culturalmente hospitalario.

            Por toda su brillantez (y si han sido brillantes), las reuniones de FSM en Brasil han sido primordialmente acerca de temas de los blancos no pobres y de la clase media. Esto no disminuye su importancia, ni cuestiona su legitimidad política, pero muestra que las realidades masivas de Afro-Brasil y de los indígenas Americanos estaban apenas aparentes. Hasta el movimiento MST (personas sin tierra) de Brasil, que siendo  parte del proceso organizador, contaba con una presencia reducida en el espacio del FSM.

            Contrario a Brasil, la presencia masiva de estos movimientos en Mumbai cambió la cultura política del evento. Aunque delegados de los movimientos masivos estaban presentes en algunos de los paneles grandes, era también aparente que su forma primaria de expresión política eran las calles del FSM. A través de demostraciones y protestas ruidosas, vestidos en sus disfraces locales, bailando, cantando y tocando tambores, acertaron su presencia, comunicaron sus luchas, vendieron su literatura e invitaron a otros delegados a participar en sus actividades.

La intensidad y enormidad de la política de la calle en Mumbai profundizó las preguntas ya presentes acerca del modo dominante de interacción política en el FSM - paneles de una docena o más de cabezas hablando, la mayoría abrumadora de hombres occidentales o educados en el Occidente.

            En un panel reflexionando sobre los logros y el futuro del FSM, Sohi Jeon, una mujer activista de Acción de la Gente Coreana contra el Libre Comercio y el OMC, observó que el FSM tiene que cambiar para acomodar las características culturales y políticas del país adonde se organiza el evento y que la India resaltó lo profundamente Occidental que permanecían los discursos dominantes del FSM. Esto es cierto,  pese al intenso carácter pluralista del FSM. Para una internacionalización genuina del proceso, ahora hay una decisión virtualmente unánime que el WSF tiene que moverse geográficamente.

            Vittorio Agnoletto, del Forum Social de Genoa y miembro del Consejo Internacional del FSM, dijo acerca de la importancia de mover el FSM a Mumbai: “Es una decisión muy importante (para el FSM), convertirse en un movimiento realmente mundial, no solo un movimiento Occidental…Estaba en riesgo de colonialismo interno, un colonialismo cultural”. La movida a la India ha involucrado movimientos de Pakistán,  Tibet, Nepal, Afganistán, Burma, Tailandia, Vietnam, Camboya y Corea a la geografía del Foro Social Mundial. Con su participación, una gran cantidad de otros temas, discursos y tradiciones emancipatorias ahora toman parte en el FSM.

            Los guardianes de la llama Brasileña también estaban presentes, observando, oyendo y aprendiendo. El próximo año el FSM retorna a Porto Alegre, pero ya está en la búsqueda de un FSM en África para el 2006.

El lugar importa en este esfuerzo global de construir otro mundo con el espacio para muchos mundos.                                      

              

Janet Conway enseña movimientos sociales y feminismo en la Universidad de Ryerson. Atendió al FSM en Mumbai como delegada del Forum Social de Toronto.