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Las mujeres, quienes son víctimas directas de los conflictos armados, la violencia social, política y familiar, no fueron incluídas con especial atención en la Declaración de 1984, aún teniendo presente que quienes se convertían en refugiadas, corrían el peligro de la violación, muerte, esclavitud sexual o explotación y además debían velar por la sobrevivencia de los menores. 

Datos de ONUMujeres señalan que la violación ha sido táctica generalizada en las guerras de finales y principios de siglo ("guerras modernas"). El caso de Bosnia y Herzegovina donde se estima que entre 20.000 y 50.000 mujeres fueron violadas entre los años 1992 y 1995. El caso de Ruanda nos expone a la violación y en muchos casos asesinato de hasta medio millón de mujeres y niñas en un año, 1994, año en que son asesinados en 100 días 800.000 (ochocientos mil) hombres, mujeres, niñas y niños.

La violación se tuvo como parte "normal" de las guerras anteriores, como el saqueo y secuestro de mujeres y niñas, entre otras atrocidades de los armados. Ha sido la denuncia valiente de sobrvevientes y la lucha de organizaciones de mujeres que lograron que la violación en los conflictos armados se reconociera como crimen de guerra, desde el Tribunal Penal de la ex Yugoslavia y luego en el Convenio que crea la Corte Penal Internacional.

100 años han pasado desde la Primera Guerra Mundial (10 millones de muertos y 20 millones de heridos), año en que mujeres de distintas procedencias conforman la Liga Internacional de Mujeres Pro Paz y Libertad, reuniéndose en Ginebra para preparar un Plan de Paz. Hoy siguen apostando por la paz y contra todas las violencias y al igual que en 1914 confían en erradicar las guerras y promover una paz con justicia e igualdad. 

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Jóvenes apostando contra las violencias de manera creativa y las mujeres de la LIMPAL- Liga Internacional de Mujeres Pro Paz y Libertad/ sede Costa Rica.
Fotografías de Adilia Carvaca.