Radio Internacional Feminista, Mayo 2002
Bat Shalom ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Presentación a cargo de  Terry Greenblatt, directora de la organización 


Documento original en inglés, traducción al español hecha por Radio Internacional Feminista.

Mayo 7, 2002: 
Presentación hecha por Terry Grennblatt directora de Bat Shalom.
Represento a Bat Shalom "Hija de la Paz", una organización feminista israelí por la paz. También represento a mujeres israelíes y madres hambrientas de paz. Somos mujeres que trabajan para una paz genuina basada en la resolución justa del conflicto Israelí-Palestino, el respeto de los derechos humanos, y por una voz igual para las mujeres judías y árabes en la sociedad israelí.

Desde 1994, Bat Shalom ha sido parte de una institución binacional llamada el Enlace de Jerusalén, y la declaración conjunta que leeré al final de mi charla fue hecha con el Centro para Mujeres de Jerusalén,  una organización no gubernamental  hermana de mujeres palestinas. Trabajamos en coalición con más de un centenar de iniciativas femeninas de todo el mundo por la paz y la desocupación, que se han movilizado en respuesta a la insufrible situación en nuestra región.

Estoy ante ustedes esta tarde, en la presencia del enorme poder representado por ustedes, y con la terrible conciencia de lo peligroso que ese poder puede ser. Como mujer yo sé que cualquier persona, aún con el más mínimo poder sobre otra, es capaz de abusar o de emplear mal ese poder. Estoy aquí como una aliada y abogada de esas mujeres en Israel, judías y árabes, que les solicitan a ustedes utilizar ese poder sabiamente y con un compás moral cuya aguja apunte ineludiblemente hacia la justicia.

Les solicitamos a ustedes el cumplimiento de su responsabilidad según lo establecido por la Carta de Naciones Unidas. Les asignan por mandato evitarle a las generaciones venideras el azote de la guerra – pues de no hacerlo ustedes, las mujeres que vivimos en una sociedad militarista estamos destinadas a continuar criando a nuestros niños para perpetuar la guerra y para que sirvan de mensajeros del odio, del racismo y de la destrucción. A ustedes les asignan por mandato reafirmar la fe en los derechos humanos fundamentales – pues de no hacerlo ustedes, el alma de nuestra sociedad nunca sanará, ni nuestro miedo al anti-semitismo global, ni la sujeción inhumana y la deshumanización de la gente palestina. Pues de no hacerlo ustedes, los extremistas en ambos lados se regocijarán, tanto los que hablan del traspaso de las poblaciones indígenas y de la ocupación perenne, como los que entran a un café o supermercado, y se hacen explotar o hacen explotar a otros, haciendo que nuestro futuro común quede ardiendo en los escombros. Pues hasta que ustedes no lo hagan, aquellos de nosotros que luchamos por una agenda de derechos humanos encajada inextricablemente en una solución política eficaz, no podremos posiblemente avanzar en nuestra misión.

Les asignan por mandato establecer las condiciones bajo las cuales la justicia y el respecto por el derecho internacional pueden mantenerse. Esto incluye asegurar la seguridad y el bienestar de israelíes. Pero también incluye insistir en un estándar de comportamiento y en el cumplimiento por parte de Israel según el derecho internacional, ya se trate de una misión exploratoria a Jenin o del desmantelamiento de asentamientos ilegales en la Ribera Occidental y Gaza. Pues hasta que ustedes no lo hagan, nosotras las israelíes continuaremos siendo conducidos por nuestro miedo y desconfianza, e insistiremos en que esta guerra que estamos emprendiendo es por nuestra supervivencia como nación, aunque no lo sea. Y por último, les asignan por mandato promover el progreso social y estándares de vida mejores, pues hasta que ustedes no lo hagan, hasta que haya el grado de ayuda humanitaria para la rehabilitación y la reconstrucción de la devastación de Palestina y de su gente, hasta que la gente israelí pueda confiar plenamente en que los cuerpos internacionales tienen el compromiso de asegurar nuestra supervivencia, ninguna nación podrá comenzar a tratar con el desafío supremo de crear una cultura de la paz en nuestra región.

El próximo año conmemoraremos el X aniversario de los acuerdos de Oslo. Quedan pocos que rememoren el regocijo de la osadía de creer que podríamos acercarnos al final de este conflicto de cien años. Para nosotras, las mujeres israelíes y palestinas, los centenares de miles de mujeres de la comunidad internacional que han permanecido a nuestro lado con firmeza en su solidaridad y compromiso por una paz justa, prolija y duradera en el Medio Oriente, no habrá celebración de este aniversario. No habrá velas encendidas en júbilo – más bien habrá un luto global colectivo por una región que arde, causando la destrucción en una tierra magnífica y de sus dos pueblos, levantando el polvo de las cenizas más peligrosas en su estela - las cenizas del miedo profundo, de la desesperanza y de la desesperación profundas. Este mes, las mujeres israelíes y palestinas han declarado de nuevo en forma conjunta lo que debe ser una paz justa y sostenible. Mirando alrededor de este sitio, excepto por nosotras mismas, no veo mujeres o veo demasiado pocas. Y no puedo sino estar conciente de la falla tanto de nuestras líderes locales como de ustedes, la comunidad internacional, en la conducción productiva de nuestra gente hacia una trayectoria de paz. ¿Es esa la razón de la ausencia de mujeres aquí, en los innumerable s recintos donde se toman las decisiones que afectan las vidas diarias de hombres, mujeres y niños israelíes y palestinos? No puedo dejar de darme cuenta que los débiles destellos de esperanza en esta situación terrible han sido proporcionados constantemente por las mujeres activistas de base por la paz de ambas partes. Dada la triste historia del desempeño anterior, resulta impensable no incluir a mujeres, una gran cantidad de mujeres, en el próximo proceso de paz.

Ustedes nos necesitan, porque si la meta no es simplemente la ausencia de la guerra, sino la creación de una paz sostenible fomentando cambios sociales fundamentales, somos cruciales a la hora de tratar el tema de las preocupaciones de seguridad. Ustedes nos necesitan, porque las guerras ya no se pelean en los campos de batalla. Ustedes nos han traído la guerra a nuestros hogares. Están matando a muchos más civiles que soldados en el conflicto nuestro y en otros alrededor del mundo. Las guerras ahora se están emprendiendo en las puertas de nuestras casas, en nuestras salas y en nuestros lugares sagrados de ceremonias y de veneración religiosa, y a las mujeres les interesa mantener la seguridad de sus familias y comunidades.

Ustedes nos necesitan, porque para cumplir de forma honorable con su propia legislación, Resolución 1325, nosotras debemos estar incluidas. Ustedes nos necesitan porque nosotras continuamos sosteniendo los derechos humanos y la santidad de la vida como valores óptimos (PARAMOUNT), aunque desafortunadamente hoy, esos valores están siendo removidos como si fueran obstáculos para las políticas de seguridad o como si fueran incongruentes con las aspiraciones nacionales de liberación.

Ustedes nos necesitan, porque nosotras hemos desarrollado un proceso y una fluidez sociopolítica que mantiene el diálogo auténtico y productivo en marcha, aún cuando se de la violencia escalada y ambos lados continúen aterrorizándose uno a otro.

La experiencia de vida característica de las mujeres nos da el potencial para dos cosas: una clase muy especial de inteligencia, la inteligencia social, y una clase muy especial de valor, el valor social. Hemos desarrollado el valor de cruzar las líneas de la diferencia dibujadas entre nosotras, que son también las líneas dibujadas dentro de nuestras cabezas. Y la inteligencia de hacerlo con seguridad, sin un arma o una bomba, y de hacerlo productivamente.

Y lo más importante, estamos aprendiendo a cambiar nuestras posiciones, caminando unas hacia otras, sin destruir nuestras raíces en el proceso. Aún siendo mujeres cuya existencia misma y narrativa se contradicen, hablaremos – no disparemos. Ustedes nos necesitan, porque nosotras las mujeres estamos dispuestos a sentarnos juntas en el mismo lado de la mesa y a examinar juntas nuestra compleja historia común, con el compromiso y la intención de no levantarnos hasta que - en respecto y reciprocidad - podamos levantarnos juntas y comenzar nuestra nueva historia y satisfacer nuestro destino común.

Ahora hay mucha charla sobre una conferencia internacional de la paz. Colin Powell nos ha preparado ya para el resultado, cuando ha dicho esta semana que nadie debe tener altas expectativas de la conferencia. Las mujeres del movimiento por la paz y la desocupación en Israel están recomendando que las expectativas se mantengan más altas que nunca, porque no podemos permitirnos que no sea así. Sugerimos que ahora es justo el momento de darnos cuenta cuán crítica es nuestra contribución.

Nunca hemos tenido una voz o una poder en estas mesas, y es muy posible que nos equivoquemos las primeras veces. Pero vendríamos con lo que creemos son estrategias innovadoras y creativas, basadas en la ideología y experiencias democráticas y feministas, y ejemplificadas por lo que las mujeres hemos logrado en la sociedad civil con pocos recursos e insignificante poder.

Cambiaríamos el modelo del discurso de ' para o contra ' pro-Israel/anti-Palestina o pro-Palestina/anti-Israel. Esta clase de pensamiento inadecuado y restringido sería apropiado si se tratara de un equipo del balompié, pero no estamos jugando un juego más. Han matado a más de 2000 personas durante los últimos 20 meses, y lisiado a incontable número de personas. Las posiciones, las condiciones, las políticas, y las decisiones deben evaluarse para favorecer la justicia, la vida, y la dignidad. Los socios participantes deben ser desafiados a conducir un análisis moral del impacto de sus posiciones, y una nueva y crítica dimensión de la transparencia se debe introducir en el proceso de la negociación. Lo que se diga y decida debe quedar documentado, y lo que se documente debe ser diseminados a ambos pueblos, para ser discutido y debatido uni-nacionalmente en reuniones internas de los pueblos y luego servir como base para el diálogo bi-nacional de la sociedad civil.

La conferencia próxima de la paz, si se llega a sostener, debe ser internacional, no regional. La comunidad internacional comparte la responsabilidad de la deterioración de la situación, y debe ser nuestros socios a la hora de diseñar y poner en práctica una solución. Mi país, Israel, tiene un miedo ancestral de la intervención internacional, porque nosotros, el pueblo judío, tenemos una larga y amarga experiencia de sufrimiento mientras el mundo permaneció indiferente, sin darse cuenta. Ahora los palestinos, desafortunadamente, han venido compartir esa clase de experiencia. Mi gobierno teme que la intervención internacional le prevenga de llevar a cabo su agenda. Nosotras, las activistas por la paz de Israel, insistimos en que ustedes hagan eso.

Nosotras, las mujeres, determinaríamos que la meta final de la conferencia de la paz sea conseguir un acuerdo final en cuanto al status y poner fin al conflicto Palestino-Israelí. Un acuerdo intermedio a largo plazo puede traducirse a solamente una cosa - ocupación continuada y prolongar el status quo. Ambos lados deben comprometerse a una serie de reuniones, bajo el entendimiento de que aunque un conflicto de 100 años no se puede resolver satisfactoriamente de forma inmediata, cada etapa del acuerdo se debe poner en ejecución sin demora. Los cambios en las realidades del terreno servirán como "actos de honor", demostrando cada parte que aunque cada una está ciertamente pagando un "precio" por la paz, lo más probable es que cada parte también es un socio digno de confianza para la paz. Estos "hechos de paz" en el terreno constituyen una condición necesaria para reconstruir la confianza, para crear el clima en el cual la gente de ambos lados elegirá y apoyará a líderes que puedan llevarlos a la paz y no a la guerra.

Nosotras y nosotros, en el Enlace Jerusalén, no tenemos todas las respuestas. De hecho, todo lo que tenemos es el paso siguiente, un paso que podría llevarnos adelante y no atrás, que incorpore eficacia, durabilidad, e integridad demostradas. Pero en este momento, eso parece ser más que lo que varios de sus gobiernos han conseguido. Así pues, si este cuerpo genuino tiene el compromiso de traer cierta clase de paz y seguridad al Medio Oriente, ustedes deben ponernos a nosotras las mujeres en el centro de todas sus deliberaciones.

Si continuamos siendo ignoradas (lo cual es diferente a la ignorancia, porque una realmente tiene que trabajar en esto), todos resultaremos responsables del mal que pudimos haber prevenido.

Les agradezco por su tiempo, y su atención. Quisiera dejarles con la declaración conjunta de las mujeres del Bat Shalom y del Centro de Jerusalén, publicada hace tres semanas en Israel y en Palestina.

Las mujeres palestinas e israelíes demandan la finalización inmediata de la ocupación, Israel ha lanzado una guerra contra comunidades palestinas indefensas. Aterrorizar a civiles inocentes, las matanzas y los arrestos ilegales, el estado de sitio impuesto al Presidente Arafat, la destrucción de la propiedad, infraestructuras e instituciones, solamente pueden conducir a la intensificación de escalada, prolongando el sufrimiento de ambas naciones y destruyendo cualquier perspectiva de la paz. El clima de miedo y la obsesión por represalias que envuelve a nuestros dos pueblos oscurece la causa verdadera de este ciclo de la violencia - la ocupación israelí continuada e ilegal del pueblo palestino y de su tierra.

Es nuestro papel, mujeres de ambas partes, hablar en voz alta voz contra los crímenes humanitarios cometidos con el fin de subyugar permanentemente una nación entera. Ahora mismo, ante la agitación militar incontrolada, en forma conjunta solicitamos a la comunidad internacional de estados para que acepte su deber y mandato por ley humanitaria internacional con el fin de prevenir abusos de un poder de ocupación, interviniendo oficialmente para proteger al pueblo palestino.

Más allá de la crisis inmediata, sabemos que hay un futuro para ambos de nosotros. El dañar deliberado de civiles inocentes, palestinos o israelíes, no debe ser condonado. Mediante el trabajo conjunto mejoramos nuestras posibilidades de un futuro mejor. Creemos que las mujeres pueden desarrollar una voz alternativa que promueve iniciativas por la paz y enfoques con sentido. Nos proponemos trabajar juntos por esta meta.

Las mujeres han comenzado a darle sustento al reconocimiento de que una paz justa es una paz entre iguales. Cuando clamamos por un estado palestino (en los territorios ocupados el 4 de junio de 1967) junto al estado de Israel, prevemos la soberanía verdadera para cada estado, incluyendo el control sobre la tierra y los recursos naturales. Prevemos un asentamiento basado en el derecho internacional, que apoyaría compartir toda la ciudad de Jerusalén, el desmantelamiento de los asentamientos, y una solución justa a la cuestión de los refugiados según las resoluciones relevantes de la ONU. En la continuación de nuestro trabajo conjunto, deseamos no solamente acabar con la ocupación; deseamos colaborar en la creación de las condiciones por una vida segura y digna para ambos pueblos.

Hacemos un llamamiento a todas las mujeres y los hombres, jóvenes y ancianos, para que se nos unan en nuestra búsqueda sincera por preservar la vida, la dignidad humana y la libertad en nuestra región. La deshumanización, el odio, la venganza, y la opresión no contribuyen en nada a la resolución de un siglo de conflicto. El reconocimiento mutuo y el respecto de los derechos individuales y colectivos de unos y otros, prepararán el camino hacia la construcción de la paz.

Declaración de Bat Shalom en el Día Internacional de la Mujer

 

Bat Shalom es una organización feminista pacifista que trabaja por la paz justa entre Israel y sus vecinos árabes. Bat Shalom, junto con el Centro de Jerusalén para las Mujeres, una organización pacifista de las mujeres palestinas, forman el Enlace de Jerusalén.
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