Nathalia Rojas Zúñiga/Radio Internacional Feminista
Activistas por los derechos humanos, feministas, jóvenes y funcionarias públicas, se unieron para apoyar la solicitud de levantar la prohibición de la fecundación in vitro (FIV) en Costa Rica, luego de haberse iniciado hoy el juicio ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), por la demanda que varias parejas interpusieron contra el estado.
Ileana Henchoz, una de las demandantes, explicó que ella deseaba tener un segundo hijo con su esposo (ya tenía una hija de una relación previa), pero que no pudieron procrearlo de forma natural. Tras intentar infructuosamente cerca de 16 inseminaciones artificiales, la solución era la fecundación in vitro, para lo cual se trasladaron a España y Colombia, pero sin éxito. Luego, desistieron ya que no tenían la capacidad económica para seguir costeando ese procedimiento.
“Tuvimos que desnudar nuestra alma e intimidad, algo que solo es de pareja, para que entendieran que es lo que íbamos a hacer. Tenemos 12 años de estar bajo la opinión pública, lamentablemente vivimos en una sociedad que juzga lo que no conoce bien”, comentó la afectada.
Henchoz agregó ante los jueces y juezas de la Corte que se siente frustrada, ofendida y despatriada, y que es posible que esas emociones también surjan en muchos costarricenses que son infértiles.
Otra de las presuntas víctimas es Miguel Mejía, quien declaró a su nombre y el de su expareja Grettel Artavia. Siendo trabajador de una construcción, Mejía fue sepultado por un terraplén, lo que le ocasionó una parálisis, por lo que usa silla de ruedas hasta la fecha.
A su vez, los especialistas Fernando Zegers (Chile) y Anthony Caruso (Estados Unidos) dieron sus declaraciones como peritos, propuestos por las parejas demandantes y el estado, de manera respectiva.
Zegers mencionó que la evidencia científica demuestra que la pérdida embrionaria se da en una frecuencia muy elevada en la especie humana, y que la cantidad de óvulos fecundados que se pierden en la FIV es muy similar al proceso natural.
El perito Anthony Caruso, quien practicó la FIV hasta el 2010 y lo dejó de hacer por objeciones de conciencia, fue más cauto al hablar de los riesgos que conlleva la técnica. Sin embargo, reconoció que la decisión final para optar por esta se da entre el médico y las personas pacientes, no por un estado.
Simultáneo a este evento, unas 20 personas se reunieron en una calle principal cerca de la sede de la Corte para manifestarse a favor de la fecundación in vitro.
Las audiencias se extenderán hasta el jueves, y los sectores a favor de la FIV esperan que a finales de año la CorteIDH se pronuncie y que solicite al estado reanudar este método, garantizando que sea accesible para toda pareja con problemas de infertilidad, si es su último recurso.