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ELIZABETH ODIO: LA RESOLUCION 1325 DEL CONSEJO DE SEGURIDAD

"Las mujeres y los niños constituyen la inmensa mayoría de las víctimas de los conflictos armados, desde los estragos en su vida e integridad física, hasta el convertirse en refugiadas y personas desplazadas internamente".

 

 

San José, 13 de setiembre, 2013 

El pasado 13 de septiembre se presentó en Costa Rica la exposición Mil Mujeres por la Paz, una iniciativa que desde el año 2003 busca un reconocimiento internacional al trabajo que mujeres de distintas procedencias, educación y comunidades de distintas partes del mundo realizan en favor de la paz. la actividad contó con la presencia de la doctora Elizabeth Odio Benito, quien fuera Ministra de Justicia, Procuradora General de la República y desde 1993 hasta el 2012 magistrada de la Corte Penal Internacional.

"Nuestro problema no existe nada más en los conflictos armados declarados, ya que la violencia masculina contra la mujer es endémica y constituye hoy el problema número uno de seguridad pública universal. Esta guerra no oficialmente declarada no amaina y no da tregua.  Es nuestra realidad cotidiana que no podemos ni debemos ocultar ".

  

Durante el evento, la doctora Odio Benito hizo una extraordinaria presentación sobre las implicaciones e incumplimientos de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad referida a las repercusiones de las guerras y conflictos armados en la población civil, en especial en las mujeres y niñas, así como su participación en la negociación y reconstrucción de la paz. A continuación presentamos sus palabras durante éste evento:

 

MIL MUJERES POR LA PAZ
PRESENTACIÓN DE ELIZABETH ODIO BENITO

 

"La resolución 1325 aprobada en el año 2000 por el Consejo De Seguridad y a la que nos referimos como “Mujeres, Paz y Seguridad”, representó un aporte de enorme importancia en el desarrollo del Derecho Internacional y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos en el siglo XXI al reconocer por vez primera en la agenda del Consejo el papel esencial e intransferible que las mujeres, junto a los hombres, debemos tener en el manejo y resolución de conflictos, tratados de paz y en fomentar una paz inclusiva y duradera, en nuestros países y en el mundo.

En un apretado resumen, la Resolución 1325 se refiere específicamente al desproporcionado impacto de la guerra sobre las mujeres.   En todos sus enunciados, los derechos de las mujeres son centrales, no secundarios y sientan la base de un mundo equitativo libre de guerras y conflictos armados.

Por primera vez el máximo órgano político de las Naciones Unidas usa un lenguaje claro y explícito para reconocer que las mujeres y los niños constituyen la inmensa mayoría de las víctimas de los conflictos armados, desde los estragos en su vida e integridad física, hasta el convertirse en refugiados y personas desplazadas internamente;

La Resolución reafirma el importante papel que desempeñan las mujeres en la prevención y solución de conflictos y en la consolidación de la paz;  subraya la importancia de que participemos en pie de igualdad e intervengamos plenamente en todas las iniciativas encaminadas al mantenimiento y el fomento de la paz y la seguridad;   declara la necesidad de aumentar nuestra participación en los procesos de adopción de decisiones en materia y solución de conflictos;   reafirma todas las resoluciones de derechos humanos que protegen los derechos de las mujeres y niñas, durante los conflictos y después de ellos; reconoce la necesidad URGENTE de incorporar una perspectiva de género en las operaciones de mantenimiento de paz;   reconoce la necesidad de que se imparta a todo el personal de mantenimiento de la paz (los famosos peacekeepers) adiestramiento especializado sobre la protección, las necesidades especiales y los derechos humanos de las mujeres y niñas en las situaciones de conflictos y reconoce que todo lo anterior puede contribuir considerablemente al mantenimiento y el fomento de la paz y la seguridad internacional.

También nuestra Resolución insta a los Estados miembros a impulsar acciones tales como velar por nuestra representación en todos los niveles de adopción de decisiones dirigidas a la prevención, gestación y la solución de conflictos;   le pide al Secretario General de la ONU que amplié el papel y la aportación de las mujeres en las operaciones de las Naciones Unidas sobre el terreno;   que nombre a más mujeres representantes especiales y enviadas especiales para realizar misiones de buenos oficios en su nombre y para tal fin pide a los Estados Miembros que envíen nombres de candidatas;   expresa el Consejo su voluntad de incorporar la perspectiva de género en todas las operaciones de mantenimiento de paz;  pide adiestramiento para todo el personal en esta perspectiva de género y que esta se aplique transversalmente en todas las acciones;   y para fundamentarla en los antecedentes jurídicos del mundo internacional, afirma todas las resoluciones previas de derechos humanos, del derecho humanitario, los Convenios de Ginebra, etc.

Y aún más, se subraya la responsabilidad de los Estados de acabar con la impunidad; y muy importante, cita específicamente la violencia sexual contra niñas y mujeres y urge a los Estados a que procedan a implementar lo necesario para prevenir, proteger y frenar la violencia contra las mujeres en situaciones de conflicto.

Después del año 2000, ha habido cuatro nuevas resoluciones del Consejo de Seguridad  y cito la 1820 en el 2008 y la 1888 en el 2009) que identifican la violencia sexual por primera vez como una táctica de guerra y piden respuestas políticas para su prevención en los conflictos armados. Adicionalmente, la Resolución 1889 especifica acciones concretas para la implementación de la Resolución 1325 y la 2106 de este año 2013 nuevamente trata de reforzar la implementación de medidas especificas para prevenir, evitar y castigar la violencia sexual que afecta desproporcionadamente a mujeres y niñas.   A esta amplia producción del Consejo de Seguridad se agregan los numerosos reportes del Secretario General sobre la mediación, mujeres, paz y seguridad.

 

Volvamos ahora a lo que la realidad nos enseña

 

¿Y en qué ha cambiado tanta normativa la vida de las mujeres?

Se han hecho ejercicios importantes para evaluar la efectividad de ese movimiento legislativo internacional y su impacto en las políticas de los gobiernos miembros de la comunidad internacional. Para hacerlo, se han escogido las siguientes variables principales:

a). la participación de la mujer en los procesos políticos;

b). la perspectiva de género en el desarme, desmovilización y reintegración;    

c). la seguridad;  

d). reformas legales;

e). violencia sexual;  

f). protección de las mujeres internamente desplazadas y refugiadas.

Los resultados son mixtos frente a las numerosas resoluciones.  Si podemos ver como un logro el reconocimiento del impacto diferencial de género en los conflictos armados y la vulnerabilidad existente para mujeres en un mundo globalmente patriarcal.

Ahora bien, nuestro problema no existe nada más en los conflictos armados declarados, ya que la violencia masculina contra la mujer es endémica y constituye hoy el problema número uno de seguridad publica universal.

Esta guerra no oficialmente declarada no amaina y no da tregua.  Es nuestra realidad cotidiana que no podemos ni debemos ocultar.

De la evaluación que hacemos se desprende que como lo pide la Res 1325 ha habido progresos modestos en la participación de las mujeres en los procesos electorales nacionales y en establecer políticas y mecanismos apoyando la transversalidad del género en los procesos de desarme, desmovilización y reintegración a la sociedad.

Es en los programas de reintegración (p. ej. En Colombia) en los que ha habido más progreso puesto que por definición desmovilizarse y entregar armas por una recompensa, casi no implica a mujeres ya que nuestra presencia en movimientos armados y ejércitos es muy pequeña.

La presencia de mujeres en las misiones de mantenimiento de paz han tenido un efecto positivo pero su número es aún muy bajo.  En un estudio en 4 países que efectuó la académica estadounidense Melissa Geiger en el 2009, se comprobó que las misiones de paz en Liberia, Timor, Republica Democrática del Congo y Haití carecían de un balance de género, se caracterizaban por el abuso sexual de mujeres y niñas por los propios miembros de las misiones y por un defectuoso reporte del monitoreo de las situaciones y conflictos.   La autora afirma que estos problemas no son casos aislados de las misiones sino que representan un fracaso de las políticas del Departamento de Operaciones de Paz y de las Naciones Unidas en su totalidad.

Esto obedece, en parte, a que son los propios Estados Miembros de la ONU los que mandan al personal de esas misiones y la mayoría de los Estados no tienen un reclutamiento inclusivo a pesar de esfuerzos del Secretario general.

La cultura de las instituciones de seguridad son arcaicamente patriarcales y el acoso sexual y discriminación predominan así como la falta de compromiso con la integración aun mínima de las mujeres en todos los procesos de paz y seguridad.

Las misiones que incluyen mujeres han tenido un impacto positivo y también ha habido modesto progreso en la implementación de reformas legales y judiciales apoyando la equidad de género en las constituciones nacionales y creando leyes pertinentes.

Pero no abundan los países donde se haya introducido un balance y perspectiva de género en los sistemas judiciales. El problema antiguo y conocido es que la adopción de leyes no implica automáticamente que las normas sean aplicadas y esa aplicación es un eje central en la búsqueda de un mundo más inclusivo y equitativo.

La capacitación de los funcionarios también continúa siendo deficiente, aunque si se puede decir que han existido implementaciones de estas capacitaciones en varios países. Con todo, los sistemas de justicia continúan en la mayor parte del mundo siendo controlados por hombres con frecuentes prácticas discriminatorias en contra de las mujeres.

 

Los fracasos de la Resolución 1325

Los fracasos más significativos de nuestra Res 1325, además de la falta de voluntad política para implementarla correctamente, se dan en el área de la protección de las mujeres contra la violencia sexual, ( incluso aquella cometida por los integrantes de las propias misiones de paz) y la que sufren las mujeres internamente desplazadas y las refugiadas. Tampoco es significativo aún hoy el número de mujeres que sirven en misiones de paz en posiciones de liderazgo que constituyen solo el 2%.

Debemos seguir llamando la atención sobre el imperativo de que haya balance de género en los ejércitos militares, en la policía y en los componentes civiles de las misiones de paz donde los logros han sido también muy modestos (United Nations Report).

Todavía en este momento es notoria la falta de voluntad política de los Estados Partes en la implementación y ratificación nacional tanto de la CEDAW como de las recomendaciones de la mayoría de las Resoluciones aquí citadas. La existencia de leyes sin implementación continúa alimentado la violencia masculina en y fuera de conflictos.

 

Las investigaciones de UNIFEM en el año 2010 señalan que desde el final de la guerra fría ha habido aproximadamente 300 acuerdos de paz relacionados con 45 conflictos diferentes, y de todos ellos, la violencia sexual es mencionada solo en 10 países.  En casos de cese de fuego solamente lo mencionan 6 veces. Todo ello frente a la evidencia de que los casos reportados de violencia sexual aumentaron en el mundo del 2008 al 2009, principalmente debido a la horrible situación de La República Democrática del Congo. ( 1325 Highlights).

 

La implementación de la Resolución 1325

Como lo ha explicado nuestra amiga María Julia  Moreyra, de la ONG a la que ella pertenece y a la que debemos estar hoy aquí reunidas, Mujeres, Paz y Seguridad fue fundada en el año 2000 y trabaja por la implementación de la Resolución 1325 y de todas aquellas resoluciones que complementan o refuerzan a esta resolución. En el año 2010 y 2012 llevaron a cabo evaluaciones de la implementación de la 1325.

Sus conclusiones merecen nuestra atención y reflexión:

1). Los compromisos que los Estados deben cumplir quedan mayoritariamente en los niveles teóricos aunque hay progresos, principalmente los que competen a las mujeres mismas en las áreas de conflicto.

2). Si se reconoce y llama al problema por su nombre, lo cual dada nuestra historia de invisibilidad, es ya un adelanto.

3). También el lenguaje y la experiencia específica en materia de género ha aumentado lo que permite mandar a expertas y consejeras a apoyar acercamientos más sofisticados a los diversos problemas. Un ejemplo claro: el Consejo uso el lenguaje de la resolución 1325 en la resolución en Chipre. Al mismo tiempo mostró poco apoyo a las mujeres en Libia en el 2011, pero lo rectificó en Marzo del 2012 y no se ha mencionado la participación de las mujeres en el conflicto entre Israel y Palestina.

4). Existe aún una discrepancia entre el contenido de reportes recibidos por el Consejo de Seguridad y las resoluciones que se adoptan.

5). En resumen, falta implementación, coordinación y poner un final a la impunidad. No necesitamos otra resolución. Apoyemos, demandemos, trabajemos, obliguemos a nuestros Gobiernos a cumplir.

Nosotras, aquí en Costa Rica aboguemos por medidas claras y visibles que nos conduzcan a una sociedad y a la construcción de un mundo en que mujeres y hombres, niños y niñas gocemos de una plena justicia social. Donde la paz sea el elemento vital para gozar nuestros derechos humanos. No necesitamos más denuncias. Ya tenemos una larga y tormentosa historia de ellas. Y hasta ahora, las estadísticas y los números nos obligan a mirar de frente una realidad que es la que debemos cambiar, con acciones. Nuestra presencia aquí nos compromete a seguir ese rumbo".

 

Para conocer anteceentes de la iniciativa visite:

http://www.radiofeminista.net/feb04/notas/mujeres_nobel.htm

http://www.radiofeminista.net/junio05/notas/lista_nobel.htm

Sitio oficial:

http://www.1000peacewomen.org/spa/projekte_ausstellung_archiv_detail.php?IDNews=250

 

Documentos relacionados:

 

1325 Highlights. 10th Anniversary of United Nations Resolution 1325. UNIFEM, 2010

 

How the UN has Implemented Resolution 1325 in UN Peacekeeping Operations. Melissa Geiger Submitted to the Faculty of University Honors College in partial fulfillment of the requirements for the degree of Bachelor of Philosophy. University of Pittsburgh 2009

 

What is United Nations Security Council Resolution 1325 and why it is so Critical Today. United States Institute for Peace. www.usip.org Downloaded September 2013.

 

Women’s Participation in Peace Negotiations: Connections between Presence and Influence. Pablo Castillo Diaz with significant contributions from Samina Anwar, Hanny Cueva Beteta, Colleen Russo and Stephanie Ziebell.August 2009, UNIFEM   Downloaded from:

 

www.peacewomen.org/assets/file/Themes/unifem_handout_women_in_peace_processes_brief_april_20_2009.pdf

 

Ten year Impact Study on Implementation of UN Security Council Resolution 1325N (2000) on Women, Peace and Security in Peacekeeping. Final Report to the United Nations Department of Peacekeeping Operations, Department of Field Support. United Nations 2010.

 

Mapping Women, Peace and Security in the United Nations Security Council. Report of the NGOWP Monthly Action, 2009/ Downloaded www.womenpeacesecurity.org/publications September2013

 

 

 

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