Beijing+5
Avances de las mujeres: Obras son amores y no solo
buenas razones

Por: Thaís Aguilar

Servicio de Noticias de la Mujer

Lima, 8 de febrero (Especial de SEM)  Vestidas con
atuendos que emulaban la época de las cavernas --según
las series de televisión-- y con pancartas que
demandaban el cumplimiento de los acuerdos de la
Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial de
la Mujer celebrada en Beijing hace cinco años, unas 30
mujeres de la agrupación "Mujeres defendiendo sus
derechos", se apostó a la entrada del hotel Los
Delfines de una exclusiva zona de Lima, para demandar
justicia económica, de derechos, salud y educación
para todas las féminas de la región.

En el interior del hotel, unas 300 personas
representantes de los gobiernos miembros de la
Comisión Económica para América Latina y El Caribe
(CEPAL), así como miembras de organizaciones no
gubernamentales de mujeres y el presidente del Perú,
Alberto Fujimori, inauguraban la VIII Reunión Regional
sobre la Mujer, con discursos que reconocían que, a
pesar de las buenas intenciones y las propuestas
concretas de la Plataforma de Acción, los avances en
este último quinquenio no han sido suficientes.

La manifestación de las defensoras de los derechos de
las mujeres puso en aprietos a la seguridad
presidencial, que no sabía si dejarlas pasar o
mantenerlas alejadas de la entrada.

Su protesta no cae en un pozo sin fondo, ya que los
diferentes diagnósticos, tanto oficiales como de las
organizaciones de la sociedad civil, coinciden en que
falta mucho camino por recorrer en materia de igualdad
de derechos y condiciones para las mujeres de todo el
continente.

Así lo reconoció Josefina Bilbao, directora del
Servicio Nacional de la Mujer de Chile, al afirmar que
las mujeres latinoamericanas siguen educándose y
presionando por mejores puestos en los mercados
laborales, pero no perciben el mismo salario que los
hombres ante un mismo puesto de trabajo.

Dijo que a pesar de las leyes que empujan acciones
afirmativas para que las mujeres accedan a cargos de
poder público, la representación femenina es
insuficiente y no corresponde a la presencia de
mujeres en el total de la población.

La realidad de los países de la región así lo
demuestraní, de los gobiernos con parlamentos
unicamerales el que tiene mayor representación
femenina es Cuba, con un 27.6 y le sigue Argentina
--con un sistema bicameral-- con igual porcentaje que
la isla caribeña.  El resto de los países del
continente se queda con un promedio de un 10 a un 15
por ciento de mujeres en sus parlamentos.

Por otro lado, si bien prácticamente todos los
gobiernos latinoamericanos y caribeños han instaurado
oficinas o ministerios de la mujer, tanto
representantes oficiales como de las ONGs, han
denunciado que a estas instancias no se les ha dotado
de suficientes recursos y peso político.

"En la región cada vez hay menos recursos para los
gastos sociales pero se invierte más en compra de
armas, por ejemplo en la década de los años 90
nuestros gobiernos hicieron una inversión promedio en
gastos sociales de un 3 por ciento anual, mientras que
se gastaron 10,000  millones de dólares en armamento",
 se quejó Maruja González de la no gubernamental
Milenio Feminista de México, durante una conferencia
de prensa de las ONGs de mujeres del continente.

Virginia Vargas, de la ONG peruana "Flora Tristán" y
una de las organizadoras de la cita de la sociedad
civil, agregó que estos ministerios y oficinas de la
mujer muchas veces son muy frágiles debido a su escasa
injerencia en las grandes decisiones de estado y en su
exigüo o nulo presupuesto. "Esto no da garantías de
continuidad", señaló.

Una de las áreas donde hay más avances y
sensibilización es el combate contra la violencia
intrafamiliar y el apoyo a madres adolescentes, sin
embargo, Josefina Bilbao coincide con las
representantes de ONGs de mujeres, que "todavía no es
suficiente."

Para la funcionaria chilena --quien próximamente
dejará su cargo debido al cambio de gobierno--, "el
desafío de esta conferencia debe ser el compromiso de
la implementación total de la Plataforma de Acción y
para ello se necesitan recursos, más acceso de las
mujeres en puestos de decisión política y estadísticas
disgregadas por sexo".

Por su parte, el secretario ejecutivo de la CEPAL,
José Antonio Ocampo, reconoció que el siglo que recién
acabó "fue particularmente significativo por los
cambios producidos en las relaciones de género, la
conquista de derechos, visibilidad y reconocimiento
por parte de las mujeres, sin que por ello se hayan
superado las diferentes formas de exclusión y
discriminación que las siguen afectando."

Ocampo admitió que "heredamos una enorme deuda con las
mujeres, que de distintas maneras ha contribuido a
enfrentar la pobreza y construir la democracia y nos
han alertado acerca de los peligros que entraña la
profundización de las desigualdades, al cual es una
amenaza para la estabilidad económica y política."
 
 
 
 

La máxima autoridad de CEPAL reconoció que la posición
de las mujeres es desventajosa en prácticamente todas
las sociedades del continente.

Esta VIII Reunión Regional de la Mujer concluirá el
próximo 10 de febrero y servirá de base para la
discusión final que se realizará en el mes de junio en
Nueva York, cuando los representantes de los países
miembros de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU), revisen los avances y retrocesos de los
acuerdos de la última conferencia mundial de la mujer.
 

La reunión más importante sobre este proceso, pues en
ella se negocia la implementación de fondo de la
Plataforma de Acción de Beijing, se llevará a cabo en
Nueva York durante las tres primeras semanas de marzo
próximos. (fin/sem/00/taz/905 palabras)
 

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Perú: Mujeres de la sociedad civil exigen más
responsabilidad estatal a favor de sus congéneres

Por: Thaís Aguilar

Servicio de Noticias de la Mujer

Lima, 8 de febrero (Especial de SEM) La intensa
movilización y el compromiso asumido por los
movimientos de mujeres de América Latina y el Caribe
no ha sido acompañado con el mismo vigor y
responsabilidad por todos los gobiernos de la región.

Así lo denunciaron representantes de organizaciones no
gubernamentales (ONGs) de mujeres de todo el
continente que durante tres días se reunieron en esta
capital para evaluar los avances y obstáculos en la
implementación de los acuerdos tomados en la IV
Conferencia Mundial de la Mujer, desarrollada hace
cinco años en Beijing, China.

 A esta cita de ONGs asistieron alrededor de 200
mujeres de 100 agrupaciones civiles de 25 países de
América Latina y el Caribe. Organizadas por
subregiones, las representantes de la sociedad civil
hicieron una articulación continental con el fin de
hacer su propio diagnóstico sobre la situación de las
latinoamericanas con respecto a temas como los
derechos humanos, la justicia económica y la equidad
de género.

La declaración final de la cita cumbre de las ONGs de
mujeres, reconoce que la Plataforma de Acción de
Beijing es un instrumento valioso que recoge un
conjunto de aspiraciones, intereses y necesidades de
la mitad de la población a lo largo de los últimos 30
años.

"Durante los últimos cinco años hemos observado
avances en el plano legislativo, en la formulación de
planes nacionales de igualdad, en la creación de
mecanismos gubernamentales a favor de la mujer y el
reconocimiento de los derechos ciudadanos; sin
embargo, estos logros han sido desiguales de país a
país y en algunos casos se advierten graves retrocesos
que afectan las condiciones de vida de las mujeres y
el clima democrático de la región", señala la
declaración oficial de las ONGs femeninas.

Las mujeres se quejan que las reformas económicas
propulsadas por los gobiernos no han ayudado a
fortalecer la institucionalidad democrática  y
comprometen seriamente los derechos ciudadanos, así
como las aspiraciones de igualdad de oportunidad para
mujeres y hombres.

Las ONGs denuncian que el modelo económico neoliberal
contribuye a la generación de condiciones que atentan
contra la estabilidad ecológica y la destrucción del
medio ambiente.

Asimismo,  las organizaciones mostraron su
preocupación por el agravamiento de la violencia
política en la región y llamaron la atención sobre la
constante violación de los derechos humanos de los
pueblos indígenas latinoamericanos.

"Reafirmamos que es condición fundamental para hacer
realidad los objetivos de la Plataforma, la puesta en
práctica de la Convención sobre Eliminación de Todas
Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por
sus siglas en inglés), la cual ha sido suscrita y
ratificada por la totalidad de los países de la región
y exigimos que los países aceleren el cumplimiento de
sus obligaciones internacionales informando
puntualmente al comité de vigilancia de la CEDAW",
demandan.

Con respecto a esta convención, las ONGs exigen la
remoción de todo tipo de reservas a la CEDAW y que los
gobiernos ratifiquen cuanto antes el protocolo
opcional de dicho instrumento internacional, así como
el Estatuto que crea la Corte Penal Internacional,
instrumentos jurídicos internacionales que defienden
realmente los derechos humanos de las mujeres.
(fin/sem/00/taz/541 palabras)
 

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 Beijing+5:  La desigualdad económica entre mujeres y
hombres sí se puede medir

Por: Thaís Aguilar

Servicio de Noticias de la Mujer

Lima, 8 de febrero (Especial de SEM) La desigualdad es
el sello que caracterica a América Latina. Existe
entre regiones, países, áreas, clases sociales y
también entre hombres y mujeres. Ésta última está
empezando a ser evaluada por los organismos
internacionales económicos de la región como la
Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

Uno de estos estudios es el documento "Aspectos
económicos de la equidad de género", que servirá de
insumo en los debates que se llevan a cabo en la VIII
Conferencia Regional para la Mujer de América Latina y
el Caribe, que se lleva a cabo en Lima, hasta el 10 de
febrero y convocada por aquel organismo económico
internacional.

La distribución de los ingresos se asienta en un
contrato cultural que valora altamente la maternidad y
considera natural el trabajo doméstico no remunerado
para las mujeres. Esta tradición da un estatus de
proveedor al varón, el cual está siendo cada vez más
cuestionado socialmente debido a los cambios de roles
que sufren nuestras sociedades.

Thelma Gálvez, economista y autora del documento,
explica que el estudio es "una mirada nueva a los
caminos de siempre. La realidad de las mujeres es
distinta a la de los hombres y es muy importante que
se tome en cuenta para formular políticas exitosas."

Aunque uno de los rasgos más importantes de la última
década en la región es le masivo ingreso de las
mujeres al trabajo remunerado, las personas adultas
económicamente dependientes son mayoritariamente
mujeres. El estudio señala la importancia estratégica
que tiene para la equidad el medir las horas de
trabajo destinadas al trabajo doméstico no remunerado,
obligación que permanece asociada a mujeres y niñas y
que se suma al trabajo remunerado, pone en evidencia
las injustas condiciones bajo las cuales las mujeres
se integran al mercado laboral.

Un aporte significativo de este estudio de CEPAL es
que deja al descubierto las brechas de género en el
mercado laboral y permite visualizar las diferencias
entre grupos de mujeres, producto de las desventajas
adicionales enfrentadas por las mujeres pobres,
indígenas y jóvenes.

Aun cuando las tasas de participación de las mujeres
en la actividad económica se han incrementado, todavía
muestran un claro sesgo a favor de los hombres. El
desempleo es mayor para ellas y además están
subrepresentadas en empresas de baja productividad y
en las de media y alta. Además, los ingresos de las
mujeres en estos sectores corresponden al 50 por
ciento del de los varones.
La inequidad de género se agrava en el caso de las
mujeres pobres pues ellas tienen más hijos e hijas,
menos medios materiales, menor ayuda para las labores
domésticas y más dificultades para acceder al empleo
remunerado. No hay que olvidar que representan el 70
por ciento de las personas que viven en la pobreza.

Con respecto a la participación femenina en el mercado
laboral, el estudio toma 9 países (Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Honduras, México
y Uruguay) y se constata que las tasas masculinas de
participación en el trabajo se mantuvieron en un mismo
nivel durante lo década, mientras que las femeninas
aumentaron en forma casi pareja en todos los países.
En 1997, en 6 países las tasas de mujeres se
encuentran en un nivel cercano al 60 por ciento y sólo
en México, Chile y Costa Rica son más bajas y crecen a
un ritmo menor.  El estudio concluye que la brecha de
género se ha acortado durante la década en estos nueve
países.

Pese a este incremento generalizado de mujeres en el
mercado laboral, a la hora de revisar la relación
entre ingresos de asalariados, el dato es desfavorable
para las latinoamericanas. En Argentina, Uruguay y
Costa Rica se aprecian más progresos en este tema
mientras que la mayor desigualdad se registra en
Brasil.

Finalmente, en el sector de la educación, el documento
de Thelma Gálvez revela que en la década pasada se
amplió la cobertura educacional en todos los niveles,
especialmente para las mujeres. Empero, hubo un
aumento de la desigualdad de ingreso originado en las
diferencias educacionales.

Paralelamente se observa una fuerte depreciación de la
educación pues cada vez se necesitan más años de
estudio para conseguir igual posición o ingresos.

A medida que las mujeres elevan su nivel educacional,
aumentan sus tasas de actividad labora. Sin embargo, a
la educación de las mujeres no se le da un mismo valor
que a la de los hombres en el mercado laboral.
(fin/sem/00/taz/869 palabras)
 
 
 

El estudio de Gálvez muestra cuadros estadísticos
sobre aspectos económicos de la equidad de género y
prácticamente todos los indicadores --a saber, empleo,
desempleo, ingresos, propiedad y puestos
administrativos-- demuestran fehacientemente la
desventaja de las féminas.

A pesar de que los indicadores de los años 90 muestran
un aumento de la presencia femenina en las actividades
económicas, disminuyen la brecha de ingresos y mejoran
los niveles educativos, las latinoamericanas siguen
sufriendo discriminaciones en el ámbito laboral y en
la toma de decisiones.

Asimismo, tienen una mayor carga de trabajo --incluido
el trabajo doméstico no remunerado y el trabajo
voluntario en las comunidades-- y obtienen menos
beneficios de los sistemas provisionales y a un costo
mucho más elevado.

 
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Beijing+5: Son insuficientes los avances en los
derechos de las mujeres

Por: Thaís Aguilar

Servicio de Noticias de la Mujer

Lima, 8 de febrero (Especial de SEM)  La globalización
económica está agravando con las desigualdades en
materia de derechos humanos de las mujeres de la
región, pues mientras que se reconocen estos derechos
como nunca antes, los cambios económicos actuales
están incrementando otras formas de exclusión que
afectan sensiblemente a las latinoamericanas.

Así lo da a conocer un informe sobre "El desafío de la
equidad de género y de los derechos humanos en los
albores del siglo XXI", que circula como base de
discusión en la VIII Conferencia Regional sobre la
Mujer de América Latina y el Caribe que convoca la
Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en
esta capital.

Mientras hay una tendencia a mejorar la igualdad de
oportunidades en la mayoría de los países
latinoamericanos, es más evidente la necesidad de un
enfoque integrado de políticas públicas, de tomar la
equidad de género como la base de una sociedad justa y
equitativa, así como ejercer plenamente los derechos
humanos en un ambiente de paz.

El documento de CEPAL reconoce que la equidad de
género es un elemento constitutivo de la equidad
social y sólo puede alcanzarse con un enfoque
integrado de las políticas públicas.

"Hasta ahora, había prevalecido en la región una
asociación de las políticas de género con las
políticas sociales y es recién a partir de la IV
Conferencia Mundial de la Mujer, que se comenzaron a
desplegar más esfuerzos por relacionarla con las
políticas macroeconómicas y de gobernabilidad".

Según este estudio, la globalización está cambiando
las formas de interpretar la realidad, una de ellas
asumía la subordinación femenina como natural y la
reducía  al ámbito privado de la familia y el hogar.
Empero, mientras que la globalización ha facilitado
oportunidades de desarrollo económico y social, éstas
no se han distribuido de forma equitativa en las
sociedades latinoamericanas, tal como lo demuestra el
aumento de personas pobres en el continente que se
incrementó en 14.5  millones de personas entre 1987 y
1998, según datos del Banco Mundial.

El estudio de CEPAL reconoce que la modalidad de
inserción al mercado de trabajo por parte de las
mujeres ha perjudicado sus opciones de desarrollo
individual y colectivo. "La concentración de la
riqueza y el poder, el aumento de la pobreza absoluta
ponen en peligro los adelantos logrados en materia de
igualdad entre mujeres y hombres", detalla el estudio.
 

Las latinoamericanas siguen enfrentando serias
dificultades en áreas como la educación, el empleo, la
seguridad social, la pobreza, condiciones de vida de
las comunidades indígenas, la tenencia de la tierra,
la salud y familia.

Las mujeres siguen soportando el peso de la brecha
cada vez más ancha entre personas ricas y pobres, con
el peligro latente que esta situación empeore, de
manera que existe una urgente necesidad de que
promover igualdad de oportunidades a todo nivel.
(fin/sem/00/taz/486 palabras)