Radio Internacional Feminista, junio2003 21
de junio
Fuente:
REPEM/
Red de Educación Popular Entre Mujeres de
América Latina y el Caribe
Dos
letras diferentes, iguales en importancia. En la vida de los seres
humanos debería naturalmente ser así también: iguales en derechos
humanos y respetados en sus diferencias de hombres y mujeres. En los últimos años, la presencia femenina en funciones cada vez más diferenciadas en el mercado de trabajo, en la política, en la administración, entre otros sectores, conlleva la necesidad de traducir para el vocabulario lo que se está viviendo. El movimiento de mujeres fue pionero en identificar las concepciones estereotipadas de las características y roles atribuidos a mujeres y hombres y aceptar la diversificación que hoy existe. Rector de universidad puede ser rectora, así como edil, diputado, senador pueden ser edila, diputada, senadora. Comisarios, consultores, expertos pueden ser mujeres u hombres. Una niña recién nacida puede vestirse de blanco, de verde, de amarillo o aún de azul y es tan deseada cuanto el niño por ser, como él, un nuevo ser humano. Una niña puede jugar con cochecitos, un niño puede jugar a las muñecas... sin problemas. En la casa, hombres se turnan con mujeres en todas las tareas de reproducción de la vida, de la crianza de los niños y niñas y en los quehaceres del hogar... ¡con mucho gusto! La vinculación de la mujer al antiguo patrio poder masculino, primero del padre, después del marido, aliada a los varios tipos de negación e invisibilidad de la mujer ya se ven como estereotipos de un rasgo social antiguo, aunque la práctica cotidiana no se haya generalizado todavía. Como se ha dislocado el eje cultural que hacía con el hombre que fuese el núcleo de las relaciones familiares, comerciales, profesionales e intelectuales, el desempeño de la mujer en el nuevo status adquirido implica otras exigencias, que incluyen cambios profundos con relación a lo que aprendimos tradicionalmente en la educación discriminadora recibida en la familia y después en la escuela, tanto en el contenido como en el lenguaje de los libros de historia, geografía, ciencias, gramática, redacción, matemática... llegando hasta el contenido y el lenguaje de los cursos de derecho, filosofía, ingeniería, arquitectura y tantos otros de nivel universitario. Como consecuencia, vino la necesidad de revisar el lenguaje en sus distintas formulaciones, ejemplos e imágenes que contribuyen a perpetuar los estereotipos sociales. La revisión del lenguaje se volvió, así, un nuevo tema de aprendizaje permanente para niños y niñas, jóvenes y personas adultas, independientemente de la formación académica a que tuvieron acceso. El
lenguaje sexista llegó a ser objeto de estudio tratado en los más
distintos niveles de gobierno, llegando al ámbito de las Naciones
Unidas. En su 24ª sesión, la Asamblea General de la UNESCO examinó la
necesidad y la conveniencia de eliminar de los registros escritos y de
los discursos orales “todas las formas discriminatorias de lenguaje”
con relación a la mujer. Juntamente con otras cuestiones relativas al
nuevo status adquirido por la mujer han sido trabajadas una serie de
normas y resoluciones, editados manuales de estilo y de redacción e
implantadas reglas diversas relativas a esa cuestión. La UNESCO publicó,
incluso, una serie de Directrices para un lenguaje no-sexista. En
este sentido, cambiar el lenguaje sexista significa aceptar el desafío
de romper con sistemas de educación y prácticas sexistas para crear
nueva conciencia y nuevas actitudes y formas de relación entre hombres
y mujeres. El evento más significativo fue, sin duda, la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en 1995 en Beijing, China, que contó con la presencia de 184 países y más de 40 mil mujeres, culminando un proceso de intensa movilización de las mujeres a escala mundial. En Brasil, más de 800 grupos participaron del proceso preparatorio. El
resultado mayor de esa conferencia fue la Plataforma Mundial de Acción,
orientada a proteger los derechos humanos de las mujeres, respetando sus
características individuales de raza, etnia, edad, condición física,
social, estado civil y cultura. El gobierno brasileño también ha
firmado sin reservas la Plataforma con el elenco de propuesta que los
gobiernos de todo el mundo deben implementar en las siguientes áreas:
pobreza, educación, salud, violencia, derechos humanos, medio ambiente, Por increíble que pueda parecer, algunos representantes de gobiernos fundamentalistas presentes a la Conferencia han tenido dificultad en firmar los párrafos en que se afirma que “los derechos de las mujeres son derechos humanos”. Es un dato que revela el alcance de esa cuestión todavía pendiente en el ámbito planetario. De ahí se ve claramente la necesidad de esfuerzos especiales para cambiar las mentalidades de cientos de miles de personas que todavía son formadas de acuerdo a creencias, valores, leyes y costumbres que han discriminado al sexo femenino durante milenios.
Por
su vez, la UNESCO, en la V Conferencia de Educación de Jóvenes y
Personas Adultas realizada en Hamburgo en el año 2000, fue muy
insistente en la necesidad de revisar totalmente nuestros patrones
mentales, desarrollando nuevas actitudes y adquiriendo nuevas
habilidades para una convivencia armoniosa entre mujeres y hombres en
sociedad. La revisión del En Campaña por un lenguaje y una educación no sexistas Desde 1991, la Red Latinoamericana de Educación Popular entre Mujeres REPEM - realiza, a cada año, una Campaña de Educación No-sexista con fecha marcada: 21 de junio. Ese día, en los varios países del continente, centenares de miles de textos, poemas, letras de canciones, dibujos, obras de teatro, concursos, programas radiales y de TV, publicaciones, seminarios, etc, expresan, en gran diversidad de aproximaciones que “A=0”. Además
de las escuelas y universidades, la Campaña busca llegar a las
empresas, órganos públicos, organizaciones de la sociedad civil, donde
la redacción de comunicados y documentos, pronunciamientos y charlas,
publicaciones y materiales educativos puede expresar una nueva postura
frente a la misma cuestión: “A=O”. Porque A=0 Educación
no-sexista y no-discriminatoria es educación inclusiva. A partir de
1998, la campaña cambió de nombre. De educación no-sexista a educación
no-discriminadora. Este cambio llegó como evolución normal de los
acontecimientos y del involucramiento de REPEM con las grandes campañas
contra el racismo, contra la xenofobia, contra la homofobia. Es normal
que así sea. Porque la mujer, discriminada por ser mujer, vive la
discriminación de género de formas diferenciadas a partir de su
condición de clase, de raza y etnia o de edad. De esa manera, la Campaña
de educación no-sexista y no-discriminatoria es, en última instancia,
una campaña de educación inclusiva de todos los seres humanos -
mujeres y hombres en los varios ciclos de la vida. |