Radio Internacional  Feminista, Mayo 2002


LOS EFECTOS DE LOS CONFLICTOS ARMADOS EN LAS MUJERES

por Luz Marina Tamayo Serna
Comité Internacional de la Cruz Roja, Colombia


Foto: Galería por la Paz

Para marcar el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo, el Comité Internacional de la Cruz Roja pide que la protección a la que tienen derecho las mujeres en virtud del derecho internacional humanitario sea una realidad en todos los conflictos que tienen lugar en el mundo. Puede lograrse mediante la aplicación y el respeto del derecho internacional humanitario y otras normas. A todos corresponde mejorar la situación de las mujeres en tiempo de conflicto. No es una "ilusión", es una obligación, un compromiso formulado y estipulado en el derecho que debe cumplirse.

El Día Internacional de la Mujer es una ocasión para conmemorar el valor, la fuerza moral y la fortaleza de las mujeres. Como supervivientes de la guerra,participantes en los programas humanitarios o cabezas de familia demuestran gran habilidad en la búsqueda de soluciones ante situaciones críticas. Uno de los mayores desafíos para la comunidad humanitaria es mejorar la suerte que corren las mujeres, las cuales deberían recibir más apoyo, protección y asistencia cuando hacen frente a la guerra.

Hoy, los más de los conflictos armados tienen lugar dentro de las fronteras de Estados. Son conflictos internos con devastadores efectos para la población civil. Antes solía darse por sobreentendida la seguridad de la mujer: por el hecho mismo de ser mujer, y especialmente por el hecho de ser madre, debía estar protegida contra los excesos de la guerra.Los conflictos recientes y actuales muestran que esa percepción no se ajusta siempre a la realidad. Todo lo contrario, se les ataca por el hecho de ser mujeres. Por ejemplo, grupos contendientes violan a las mujeres del grupo adversario a fin de humillarlo, aterrorizarlo y vencerlo. Para comprender el impacto que tienen los conflictos armados en sus víctimas, el CICR realiza continuas gestiones, y una de las más importantes es escuchar a las personas afectadas por los conflictos armados.

Para comprender mejor las consecuencias que tienen los conflictos armados en las mujeres, el CICR ha realizado un estudio durante los dos últimos años y el correspondiente informe está casi terminado. Se han examinado las necesidades de las mujeres en la guerra, la protección que les asigna el derecho internacional humanitario y las actividades que el CICR realiza, en el marco de sus operaciones en el mundo, en favor de las mujeres. Gracias a la experiencias pasadas y actuales, el CICR puede comprender mejor el modo en que ellas resultan afectadas por los conflictos armados e incrementar la calidad, la adecuación y el impacto de sus acciones. Otra finalidad del estudio es motivar a todos los concernidos por situaciones de conflicto, directa o indirectamente, a buscar medios para evitar o aliviar los sufrimientos de las mujeres en la guerra.

Desarrollo del estudio

El estudio comenzó en 1998 y se compiló sistemáticamente información hasta finales del año 2000.  

Se solicitó a las delegaciones del CICR que contribuyeran al estudio mediante la redacción de informes periódicos sobre las actividades que realizan en favor de las mujeres. Se hicieron visitas a 14 delegaciones para recabar datos e intercambiar impresiones con miembros de su personal. Se visitaron campamentos para desplazados, cárceles, hospitales y centros ortopédicos a fin de recabar la opinión de mujeres afectadas por conflictos armados. Se entrevistó a beneficiarias de los programas del CICR y a miembros de organizaciones de mujeres. Los puntos de vista de colaboradores del CICR que habían estado sobre el terreno, así como las publicaciones, los documentos y el material de instrucción del CICR fueron otra fuente de información para el estudio.

Se ha sacado asimismo provecho de la valiosa opinión de las mujeres que fueron entrevistadas en el contexto del proyecto "Testimonios sobre la guerra", realizado por el CICR para conmemorar el 50º aniversario de los

Convenios de Ginebra.

Resultados del estudio u ocho temas para el 8 de marzo sobre las consecuencias de los conflictos armados en las mujeres:

1. Desplazamiento: como personas civiles, las mujeres y las niñas pueden ser objeto de innumerables actos de violencia durante los conflictos armados. El incremento de la inseguridad y el temor a los ataques son motivos frecuentes para la huida de las mujeres y las personas a su cargo, y la mayoría (un 80%) de los desplazados internos y refugiados son, en muchos casos, mujeres y niños. Huyen también porque sus compañeros han huido, están detenidos o han desaparecido por motivos relacionados con las hostilidades o porque éstos las han hecho partir tras el desmoronamiento de los mecanismos tradicionales de protección. El desplazamiento de las mujeres tiene enormes consecuencias. A menudo huyen hacia la incertidumbre y el peligro, puesto que, en ausencia de sus compañeros, tienen que arreglárselas con pocos recursos y pertenencias y mantener a las personas a su cargo.

2. Seguridad: en ausencia de sus compañeros, las mujeres tienen invariablemente que asumir mayores obligaciones con respecto a sus hijos y parientes ancianos y la comunidad en general. A veces no huyen ante la inminencia de hostilidades o de las zonas de combates porque ellas y sus familiares creen que el hecho de ser mujeres y madres son una garantía de seguridad contra las partes contendientes. Permanecen pues en sus hogares para proteger a los suyos y atender a su sustento. Pero tanto la ausencia de los hombres como la inestabilidad y el desorden generales que caracterizan a muchos de los actuales conflictos aumentan la inseguridad de las mujeres y exacerba la ruptura de los mecanismos tradicionales de apoyo con que contaban previamente la comunidad y,especialmente, las mujeres.

3. Violencia sexual: violaciones, prostitución forzada, esclavitud sexual y embarazos forzados son todos medios y métodos de guerra criminales sobre los que se ha centrado cada vez más la atención en los últimos años, especialmente a causa de la amplia información que se ha dado acerca de ese tipo de violencia en recientes conflictos. La violencia sexual contra las mujeres y las niñas ha existido siempre -y en menor medida contra hombres y niños- como forma de tortura para degradar, intimidar y finalmente derrotar a grupos específicos de población y provocar su huida.

La violencia sexual es un acto brutal y aterrador, no sólo para las víctimas sino para toda la comunidad. Es una violación grave del derecho internacional humanitario.

4. Personas dadas por desaparecidas: la desaparición de personas es una de las consecuencias más desoladoras de los conflictos armados que perdura mucho tiempo después de terminadas las hostilidades. Casi todas las personas dadas por desaparecidas son hombres, y un gran número de mujeres tratan de averiguar la suerte que esos han corrido. Por ejemplo, en relación con el conflicto en Bosnia-Herzegovina, que terminó en 1995, el CICR registró los datos de unas 18.000 personas dadas por desaparecidas: el 92% son hombres y el 8%, mujeres.

La imposibilidad de cerciorarse de la suerte corrida por los seres queridos o de llorar y enterrar a los que han muerto tiene devastadores efectos en los supervivientes de la guerra y en los medios para hacer frente a esas situaciones. La búsqueda de los seres queridos dados por desaparecidos continúa mucho tiempo después de que terminan los conflictos armados y puede ser un impedimento a largo plazo para el proceso de reconciliación. Además, las viudas y los parientes de los hombres dados por desaparecidos quedan a menudo sin tierras, sin hogar, sin herencia, sin asistencia social o pensiones, y a veces hastasin el derecho a firmar contratos.

5. Detención: Las estadísticas relativas a la detención y al internamiento en situaciones de conflicto armado ponen de relieve la diferencia de la suerte que corren los hombres y las mujeres. Es mucho más probable que los hombres civiles y no las mujeres civiles sean vistos como combatientes o como potenciales combatientes, y sean, por lo tanto, detenidos o internados. En 1999, por ejemplo, el CICR visitó a más de 225.000 detenidos en el mundo, de los cuales menos de 10.000 eran mujeres y niñas. Aunque los casos de mujeres detenidas a causa de las hostilidades son menos frecuentes, el hecho de que los hombres estén detenidos tiene un considerable impacto en ellas, especialmente cuando tienen que actuar como cabezas de familia y velar por el sustento de los familiares a su cargo, un papel para el que pocas mujeres están preparadas y que resulta mucho más difícil a causa de la inseguridad y las privaciones causadas por la guerra.

6. Acceso a la asistencia médica: los conflictos armados tienen repercusiones en la salud de toda la población, mujeres, hombres y niños. La inseguridad del entorno en las zonas de conflicto o de disturbios internos dificultan el acceso de la población civil a los servicios de salud para recibir el tratamiento médico y los medicamentos necesarios.

Las infraestructuras o servicios médicos locales pueden verse gravemente afectados o resultar parcial o totalmente destruidos. Los servicios de ginecología y obstetricia son especialmente importantes para salvar vidas y evitar o reducir enfermedades o incapacidades a causa de complicaciones en el embarazo, durante el parto, o tras el alumbramiento. En tiempo de guerra, los servicios médicos especializados y los sistemas tradicionales de apoyo médico son de difícil acceso. Además de velar por su propia salud, las mujeres deben también promover y mantener el buen estado de salud de su familia y de su comunidad. Saben o pueden aprender cómo prevenir enfermedades o cuidar a los enfermos y deben recibir el apoyo y la ayuda necesarios.

7. Acceso a la asistencia alimentaria y otros socorros: en situaciones de conflicto armado, la población civil -mujeres, hombres y niños- pueden carecer de los medios esenciales para su subsistencia. Cuando los hombres toman las armas, huyen, quedan inválidos, son detenidos o mueren, o cuando se ha perdido su rastro, el impacto sobre las mujeres puede ser dramático. Éstas deben responder a las necesidades propias y a las de su familia. Algunas tareas habitualmente realizadas por hombres pueden ser difíciles para las mujeres a causa de los obstáculos de índole social y cultural o la falta de aptitudes para desempeñarlas; además, la inseguridad a que dan lugar las hostilidades limita su movilidad. Los conflictos exponen también a las mujeres a los peligros de las minas y municiones sin explotar o a los riesgos de ataques y violencias sexuales.

Las mujeres deben participar en la planificación, la realización y la evaluación de programas de asistencia que les estén destinados para garantizar que los socorros que reciben cubren sus necesidades y se ajustan a su cultura, y que se benefician realmente de ellos.

8. Derecho internacional humanitario: las mujeres se benefician de la protección estipulada en el derecho internacional humanitario cuando:

  • son combatientes activos, pues se estipulan restricciones a los métodos y medios de hacer la guerra;

  • son combatientescapturados, heridos o enfermos;

  • son personas civiles que no participan activamente en las hostilidades.

Esta protección dimana de los cuatros Convenios de Ginebra de 1949 y sus dos Protocolos adicionales de 1977 y de algunos otros instrumentos. Las mujeres deben recibir tanto una protección general -es decir, la misma que los hombres- como una protección especial habida cuenta de las necesidades particulares que tienen como mujeres. Las mujeres que no participan o han dejado de participar en las hostilidades están protegidas contra los efectos de los combates y contra los tratos abusivos. Las mujeres tienen derecho a un trato humano y al respeto de su vida e integridad física. Está prohibido que las partes en las hostilidades inflijan malos tratos a las mujeres, las torturen o cometan actos de violencia en su contra.

Están especialmente protegidas contra todo atentado a su honor y en particular contra la violación, la prostitución forzada y cualquier otra forma de atentado al pudor. Dichos actos están prohibidos (Véase IV Convenio de Ginebra, artículo 27(2) y Protocolo adicional I, artículos 75 y 76). La protección especial de las mujeres también se refiere a las condiciones de detención o de internamiento. Por ejemplo, los dormitorios y los locales de aseo deben estar separados de los reservados a los hombres detenidos o internados. En el derecho internacional humanitario también se reconocen las necesidades de las mujeres encintas o lactantes, sean combatientes detenidas sean personas civiles, y se estipula su protección.

Los Tribunales Penales Internacionales para ex Yugoslavia y Ruanda son una importante consecuencia de la determinación de mecanismos más eficaces para aplicar el derecho internacional humanitario. Por ejemplo, el hecho de que se entablen diligencias penales por violaciones y otras formas de violencia sexual como crímenes de guerra es un paso importante en la lucha contra la impunidad.

Conclusión

El hecho de que se violen las disposiciones del derecho internacional humanitario no significa que esta rama del derecho sea inadecuada. Hay normas que restringen los métodos y los medios de hacer la guerra para proteger a mujeres, hombres y niños que no participan activamente en las hostilidades. Si las mujeres tienen que sufrir las trágicas consecuencias de las hostilidades no es necesariamente por la insuficiencia de normas en que se estipule su protección, sino porque éstas no son respetadas.

Una de las principales razones por las cuales, hoy más que nunca, la población civil no recibe la asistencia y la protección a la que tiene derecho en virtud del derecho internacional humanitario es que no se da acceso a las organizaciones humanitarias, como el CICR, a las zonas donde se libran los más encarnizados combates, y se rechaza la asistencia ofrecida a favor de las personas civiles enfermas o heridas.

Debe garantizarse un acceso rápido y continuo a las organizaciones humanitarias, a fin de que las personas afectadas por conflictos armadospuedan recibir protección y asistencia. Las actividades de socorro son realizadas sin distinciones adversas, de conformidad con el derecho internacional humanitario.

La difícil situación de las mujeres en sus hogares y comunidades está con frecuencia relacionada con la suerte que corren sus compañeros. En otras palabras, infortunios como ataques a hogares y mujeres indefensas, violaciones como medio de ataque contra la población "enemiga", desplazamiento de mujeres y de personas a su cargo ocurren, al menos en parte, a causa de la ausencia de los hombres.

Decir eso no significa negar que las mujeres hacen frente a terribles dificultades en situaciones de conflicto armado o tienen necesidades y vulnerabilidades específicas. Todo lo contrario, es reconocer que la cabal aplicación del derecho humanitario en relación tanto de combatientes como de no combatientes, hombres o mujeres, permitiría también mejorar la suerte que corren las mujeres. Es importante esclarecer la noción de que las mujeres son "vulnerables" y "víctimas". Las mujeres actúan como dirigentes políticos o líderes comunitarios, colaboran en las operaciones de asistencia en favor de sus comunidades, y luchan como activistas en favor de la reconstrucción, la reconciliación y la paz. También participan activamente en las contiendas como combatientes o elementos de apoyo de las fuerzas armadas.

Las mujeres no son necesariamente vulnerables o víctimas, aunque la especial vulnerabilidad de muchas mujeres se debe a la guerra.