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INSTITUTO DE FORMACION ESTRATEGIAS CONTRA LOS FUNDAMENTALISMOS RELIGIOSOS

Por una apostasía latinoamericana:   el  próximo  10 de diciembre, Día de los  Derechos Humanos.

Un llamado de  la campana argentina  de apostasía colectiva: No en mi nombre .

Por: Yarman Jimenez

Abril, 26 del 2010/ Un  llamado a una apostasía colectiva latinoamericana: el  próximo  10 de diciembre, Día de los  Derechos Humanos, fue presentada por Paola Rafetta, de la  Campana argentina No en mi nombre, en el  Segundo Instituto de Formación Estrategias frente a los fundamentalismos religiosos que se realiza en Lima, Perú desde el 18 de abril y hasta el próximo  dia 30.

 

En sus palabras la apostasía es la renuncia  definitiva a la iglesia, una acción colectiva que desde el 2006 y hasta hoy se ha  realizado en diversos países de América Sur y Europa. Entre estos países están: Apostasía Colectiva, Chile 2008; Excomunión masiva, Perú, 2009; también Brasil, México y la apostasía conjunta de Uruguay y Argentina, por el veto al aborto en Uruguay.

Los protagonistas son  ateas y ateos,  diversos movimientos, colectivos glttbi, feministas, y otras comunidades y personas independientes que han asumido la apostasía como una  forma de resistencia frente a la Iglesia.

La  campaña por la Apostasía Colectiva: No en mi nombre en Argentina

La  campaña por la Apostasía Colectiva: No en mi nombre, fue presentada el 30 de marzo del 2009, en Argentina y consistió en   la renuncia colectiva a la Iglesia católica Apostólica y Romana, a través de la presentación de cartas de renuncia colectiva y simbólica con más de un millar de firmas, ante el Arzobispado de Buenos Aires.

Los firmantes se oponían a una iglesia que en sus palabras: “... se opone al aborto, obstaculiza la educación sexual, se opone al uso de profilácticos y anticoncepción, atenta contra el derecho al matrimonio y las adopciones mono parentales en Argentina, fomenta el sexismo estableciendo un modelo de mujer sometida a la violencia patriarcal, condena a homosexuales y personas glttbi, incitando a la homofobia y la intolerancia. Censura permanentemente la sexualidad, aduciendo autoridad moral”.

Cuando comenzamos, dijo Paola Rafetta; queríamos irnos de la iglesia, pero no es posible. Entonces nos planteamos  la apostasía como la salida definitiva de la institución religiosa.

La campana perseguía  Modificar el artículo 2 de la  Constitución. “El punto es que la Iglesia Católica se vale de la cifra de bautizada/os, sean católicas o no católica/os, para justificar los subsidios que recibe del Estado (acorde al art. 2 de la Constitución Nacional, que dice que el “Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano”), y engrosar el poder con el que implanta su ideología material y política en la vida ciudadana”.

No ser parte de esa multitud de feligreses que le dan a la iglesia, razón para erigirse en voz publica y autoconsiderarse la voz de la moral en  la opinión pública. Apostatar, es quitar ese derecho a la iglesia, y ejercer  los derechos universales a la libertad de expresión, de culto, de reunión. Es un cuestionamiento en el centro de la vida de la institución a nivel mundial.

En el  proceso  de plantear la apostasía, estudiaron  la legislación específica sobre libertad de conciencia y habeas data.  Esta ley permite entre otras cosas  revisar los datos que están en los libros, el  derecho de cada persona a solicitar  la confidencialidad sobre sus datos. Esta ley está  presente- con sus diferencias-  en todos los países de Latinoamérica.

La iglesia argentina junto con los partidos y los sindicatos,  tiene por ley el derecho de tener listas de miembros. Que son su membrecía numérica y simbólica. Por ello la idea en principio era  solicitar la baja de la iglesia, a todos los que estaban bautizados. Y confirmar con ello  la libertad de conciencia.

Para esto combinaron argumentos y acciones como cartas a las autoridades eclesiásticas, donde afirman: la libertad de conciencia, la solicitud de que retiren su nombre de los libros de bautizo, como un derecho de ciudadanía. Y también argumentos que suman a la mayor cantidad de apostatas: rechazo a las prácticas de la iglesia, rechazo a la ingerencia  de la iglesia en la vida privada, rechazar la  homofobia/lesbofobia/transfobia de la iglesia/rechazo a los beneficios monetarios, disconformidad con los dogmas, rechazo a la relación iglesia/Dictaduras/la falta de fe, entre otras.

El trabajo colectivo de la campaña comenzó  con las  listas de correos, un sitio web con el surgimiento del nombre del Colectivo No en mi nombre" .

La campana se visibilizo en marchas, debates, cartas, documentos, cafés, listas de correo, manifiestos, respuestas a consulta e insultos, la  difusión en  páginas web, blogs, redes sociales: facebook, twiter, volantes en actos públicos, camisetas, prendedores, medios de radio, TV, periódicos.

Porque la apostasía

La apostasía es una forma de resistencia. Y una expresión de un hecho más radical que  el rechazo a la iglesia católica,  como se ha revelado en los últimos escándalos de abuso sexual en la Iglesia Católica, donde cada vez  son más las personas que rechazan la violencia sexual cometida por sacerdotes contra sus hijos, y que piden a la iglesia una posición más radical de condena a los sacerdotes autores de estos actos.

Para saber más de  la campana ver: http://www.apostasiacolectiva.org/