Gran Canaria, 31 de agosto del 2001
(AKN/Tertulia). Delegadas y delegados de 189 Estados y representantes de
ONG se reúnen desde hoy hasta el 7 de septiembre en Durban (Sudáfrica),
en la Conferencia Mundial contra el Racismo y la Xenofobia, con el
objetivo de elaborar un plan de acción para "librar del racismo a
los Gobiernos y a las
sociedades civiles", según el secretario general de la ONU, Kofi
Annan.
Los temas centrales de la Conferencia, que comienza con una profunda
división de posiciones entre los participantes, son la discriminación
en función de la raza y el género, el racismo contra los pueblos indígenas
y la protección de los derechos de las minorías.
En el discurso de apertura de la Conferencia, Mary Robinson, Alta
Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, ha reconocido que
"no va a ser una conferencia fácil". Las cuestiones más
conflictivas son las
relativas a la compensación a los descendientes de esclavos y el
conflicto palestino-israelí.
Sobre las compensaciones por la esclavitud y el colonialismo, la discusión
se centra tanto en las compensaciones económicas a los descendientes de
las víctimas como en lo relativo al perdón. Para el presidente de
Senegal, Abdoulaye Wade, las compensaciones económicas reclamadas por
las ONGs africanas por la esclavitud que sufrió el
continente "son absurdas e insultantes para el pueblo
africano", porque no se puede poner precio al sufrimiento creado.
Por su parte, el presidente sudafricano, Thabo Mbeki, se ha mostrado
partidario de que las naciones esclavistas y colonizadoras piden
formalmente perdón. Estados Unidos y los países europeos se oponen a
considerar la esclavitud como un crimen contra la humanidad, excepto
cuando se refiere a hechos presentes. "Inglaterra alega que el tráfico
de esclavos fue legal en su tiempo y por tanto no puede ser considerado
un crimen", explicó el ministro de Relaciones Exteriores
sudafricano, Sipho Pityana.
Estados Unidos ha enviado a una misión diplomática de bajo rango, y no
a su secretario de Estado, Colin Powell, en protesta por "el
lenguaje empleado en la agenda de la Conferencia criticando a
Israel", dijo el portavoz del gobierno, Richard Boucher. Con esta
decisión, "Estados Unidos abdica de su responsabilidad" de
cooperar en la lucha contra el
racismo, según el congresista demócrata Jesse Jackson.
Siguiendo el ejemplo de Estados Unidos, el primer ministro de Israel,
Ariel Sharon, también ha enviado una delegación meramente diplomática,
lo que ha causado decepción dentro del gabinete de Simón Peres.
"Israel tiene que decir y explicar en esa Conferencia, donde se
supone que nuestro país será condenado por la represión de los
palestinos", ha
explicado un miembro del gabinete.
Estas cuestiones no son las únicas conflictivas. En lo referente a la
discriminación basada en el sistema de castas, el gobierno de India ha
afirmado que es un asunto interno y que no tiene nada que ver con el
racismo. Esta Conferencia, que registra un récord de participación con
la asistencia de más de 7,000 delegados, sucede a las celebradas en
1978
y 1983, las cuales acabaron en un sonado fracaso.
AKN - Agencia Kanaria de Noticias
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